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EFEMÉRIDES NACIONALES
Detrás del compromiso de cada trabajador y trabajadora estatal, está un país
Se conmemora hoy en Argentina el Día del Trabajador y la Trabajadora del Estado. Se trata de una jornada dedicada a reconocer y dar un voto de confianza a la invaluable labor de los empleados que se desempeñan en el sector público.
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Una suerte de “trabajo impuro”, se puede “leer” muchas veces entre líneas en comentarios o discursos de calle. Laburantes comparables con una pasta de todos los 29. Las “voces mediáticas” que se multiplican “apuntando con el dedo” a personas, que, como otras tantas en nuestra querida Patria Grande no hacen más que amanecer esperanzadas y convencidas de que cada insomnio, esfuerzo y sacrificio valió la pena para aportar a la causa más noble y honorable a la que se puede aspirar: la de “sumergirnos”, juntos, todos y todas, para impulsar a que el país salga a flote.
Es importante desmitificar por ende la imagen de los trabajadores y las trabajadoras del sector público. Resignificar la importancia del rol que cumplen, y valorizar sus funciones. Interpelar a la sociedad dando muestra cabal de la responsabilidad que implica trabajar para el desarrollo del país. Sí, es así, porque, tomando por caso al CONICET, una ciencia y una tecnología de punta son dispositivos esenciales que sirven de combustible para cargar la máquina del Estado como promotora de crecimiento en este mundo tan complejo. Y los científicos y científicas no pueden prescindir de resolver cuestiones administrativas y burocráticas.
Los investigadores e investigadoras del sistema necesitan poder enviar equipamientos o muestras hacia latitudes muy lejanas a las nuestras; tienen la impericia de vincularse con otras instituciones para fortalecer colaboraciones, y de esta manera inyectar de sentido sus descubrimientos que, en definitiva, van a traducirse en mejoras sociales y tecnológicas; tienen el deber –y la sociedad, el derecho- de difundir y dar a conocer sus avances y hallazgos. Es difícil comprender entonces si esas voces que hablan de "achicar" el aparato estatal, entienden que el sostén de esos recursos humanos, desde que se inician, y muchos de los cuales serán más tarde los cerebros más brillantes del país, son precisamente los empleados y las empleadas de la Administración Pública Nacional.
Poco más de 2 mil administrativos y administrativas, con diferentes profesiones y especialidades –los hay abogados y abogadas, contadores y contadoras, licenciados y licenciadas en Recursos Humanos, en Administración de Empresas, en Marketing o Comercialización; periodistas, comunicadores sociales, y otros tantos integrantes con múltiples perfiles y preparaciones académicas que asisten a más de 20 mil personas en esto que es la vasta familia del CONICET a lo largo y ancho del territorio nacional. En nuestra región, el CCT NOA Sur, a través de su Unidad de Administración Territorial (UAT), asesora a becarios y becarias, investigadores e investigadoras, y a miembros de la Carrera del Personal de Apoyo –todos ellos y todas ellas repartidos en 23 institutos ubicados en Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca-, para facilitar la realización de sus actividades de investigación cotidianas.
Aquí, tres ejemplos que representan fidedignamente a los trabajadores y las trabajadoras del ámbito público en nuestro CONICET NOA Sur:
Alejandra Castillo, integrante del Departamento de Recursos Humanos en la UAT
¿Cuándo ingresaste al Consejo, y cómo fue trabajar inmersa en la vorágine que generó la pandemia?
- Ingresé al CONICET NOA Sur en noviembre de 2020, en un contexto de emergencia sanitaria en el que todos los procesos se estaban adaptando a la nueva realidad. En estos tiempos de cambio, la gestión de recursos humanos en las instituciones se dinamizó en búsqueda de la eficiencia constante, y se exigió una labor mucho más comprometida a nivel humano y laboral. En este sentido y con estas condiciones, nuestro Centro Científico Tecnológico tuvo que seguir brindando respuestas a las casi 1300 personas distribuidas en las provincias de Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca.
¿Qué significa trabajar para el Estado en una institución como el CONICET?
- Trabajar en gestión humana dentro de un órgano de ciencia y técnica es una gran satisfacción, en la medida en que aportamos a la administración y al desarrollo de la vida académica y laboral de una persona movilizada por un único objetivo: volcar y transferir sus conocimientos a la sociedad. Dentro de mi área realizamos el acompañamiento de cada agente; y lo hacemos desde la captación de los “nuevos talentos”, pasando por la etapa en la que progresa escalonadamente producto de su desarrollo y desempeño, hasta que llega finalmente a la fase de su jubilación o desvinculación. Por este motivo, nuestro desafío pasa por ofrecer todas las herramientas y asesoramientos que permitan facilitar su labor diaria, favoreciendo así a que cada investigador, personal de apoyo o administrativo se enfoque en los propios objetivos de su cargo.
¿Por qué consideras que el país necesita de un sistema científico-tecnológico sólido?
- Pienso que un sistema con estas características es necesario para poder cumplir con la visión y misión que tiene CONICET a nivel federal, que no es más que contribuir a la innovación, e impulsar la vinculación y la transferencia de conocimientos que aporten a solucionar problemas de la sociedad, en un marco de integración regional y cooperación internacional.
Soy licenciada en Recursos Humanos egresada de la UNSTA durante la primera promoción de la carrera, en 2012. Soy hija de un Rubén, vendedor viajante y Marcela, de profesión enfermera; y la segunda de cuatro hermanos, con quienes comparto un perfil laboral similar (dos de ellos, los varones, son licenciados en Administración de Empresas y mi hermana, la menor, está próxima a recibirse de licenciada en Comercialización). Me apasiona la lectura, escuchar música y practicar boxeo.
Roberto Fanjul, Personal del Apoyo en el INSUGEO
¿Qué rol desempeñas en el gremio Unión del Personal Civil de la Nación?
- Mi objetivo en UPCN es mejorar las condiciones de trabajo de los compañeros y las compañeras que se realizan labores en reparticiones estatales. Y si bien en un principio comencé con la idea de trabajar solo para el CONICET NOA Sur, la realidad actual es que las necesidades de higiene y seguridad -ámbito en el que me especializo- en todas las dependencias del Estado, me “obligaron” a colaborar con los compañeros en distintos ámbitos.
La ocupación principal de un delegado es la de ser intermediario; el propósito: solucionar conflictos. Pero también debemos cumplir con el rol de velar por la seguridad de los compañeros y las compañeras, en virtud de su integridad física como también mental -y hasta espiritual, en muchos de los casos-. Como dice el compañero secretario general de la Regional Tucumán, José Vera: “Somos hombro para llorar y los encargados de recibir los reclamos” … es un trabajo sacrificado.
¿Cuáles son tus dedicaciones como Personal de Apoyo en el CONICET NOA Sur?
- Como CPA, las tareas en mi trabajo fueron mutando de acuerdo a las necesidades del instituto en el que me desempeño: el INSUGEO (Instituto Superior de Investigaciones Geológicas). Admito que a esto muchas veces no lo recibía bien, pero comprendí que, en la necesidad del instituto, el hecho de poder ayudar a veces a las diferentes líneas de investigación, de trabajo y de colaboración, hicieron más interesante mi labor. Gracias a ello aprendí nuevos conocimientos y técnicas, e implica un desafío constante que hace más enriquecedor mi trabajo.
Las tareas de colaboración con la investigación muchas veces no son tan "vistosas", pero el saber que un investigador puede necesitar arreglar un equipo informático, una lupa o realizar una publicación en un congreso, y contar con mi "apoyo" en eso, es muy satisfactorio. De esta manera todos ponemos nuestro pequeño grano de arena en el instituto, para la ciencia y sobre todo para el país.
Soy padre de Guadalupe y esposo de Cintia, también trabajadora del CONICET NOA Sur. Podría decirse que soy la segunda generación en el CONICET, ya que mi madre, desde que yo era muy chico, trabajó en la institución en la cual además hizo una gran carrera y se jubiló. Algunos de mis hobbies son la lectura, los comics y los videojuegos. Pero también me interesa la cocina, y algo quizás no muy convencional que se fue instituyendo en mi como una pasión: el arte y la lucha medieval.
David Kruler, responsable de la Oficina de Comercio Exterior en la UAT
¿Cuándo ingresaste a la institución, y cuáles son tus funciones en el CONICET NOA Sur?
- Ingresé al CONICET NOA Sur hace ya 14 años (soy uno de los más antiguos desde que se creó la Unidad de Administración Territorial), oficialmente el 1° de Julio del 2008. Soy Despachante de Aduana, empecé como auxiliar de importaciones y hoy soy responsable del Área de Comercio Exterior. Me encargo de realizar las importaciones y exportaciones de bienes con fines científicos para cualquier investigador, becario o instituto que lo requiera (desde la exportación del cabello de un nativo encontrado en investigaciones arqueológicas para su datación, hasta la importación de equipamiento de alta complejidad).
¿Qué sensaciones despiertan en vos sabiendo que, de alguna manera, estás aportando al crecimiento del país?
- Para mí es muy gratificante poder facilitar y agilizar los trámites burocráticos que todo investigador debe realizar para llevar a cabo su trabajo de investigación. Creo que mi aporte al país va por este lado. Mi grano de arena es que el investigador no deba lidiar con estos procesos y pueda dedicarse completamente a su tarea. Además, pienso que contar con un sistema científico-tecnológico sólido permite que los proyectos se transformen en líneas de investigación y muchas de éstas en aplicaciones concretas en la realidad, todo lo cual no hace más que posicionar mejor a nuestro país y sus capacidades ante el mundo.
Soy oriundo de Jardín América, Misiones. Mis padres se llaman Armando Kruler y Lucía Elena Orio. Soy el menor de la familia; mis hermanos se llaman Natalia y Aarón. Estoy casado con Carolina Baricco y tengo 3 hermosos hijos: Pedro, Manuel y Milenka.
¿Por qué se celebra esta fecha?
En 1978, la OIT (Organización Internacional del Trabajo) adoptó el Convenio 151 y la Recomendación 159 vinculada al derecho a la negociación colectiva y las relaciones de los trabajadores del Estado. Según esta resolución, el Convenio 151 “pretendía llenar un vacío pidiendo a los Estados Miembros que fomentasen el pleno desarrollo y utilización de procedimientos de negociación entre las autoridades públicas competentes y las organizaciones de empleados públicos acerca de las condiciones de empleo, o de cualquiera otro método que permitan a los representantes de los empleados públicos participar en la determinación de dichas condiciones”. En nuestro país, este convenio fue ratificado recién en 1987 tras la sanción de la Ley 24.185, que reguló las negociaciones colectivas entre la Administración Pública y sus empleados.
En 2013, y por iniciativa de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), el Congreso Nacional instauró el 27 de junio como el Día del Trabajador del Estado, en el que se establece además una jornada de descanso para todos los empleados y las empleadas de la Administración Pública Nacional.