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Un instituto del CONICET NOA Sur recibirá la más importante condecoración que otorga la Cámara de Diputados de la Nación

Se trata de la "Mención de Honor Diputado Nacional Dr. Juan Bautista Alberdi", que próximamente se entregará al Instituto de Medicina Molecular y Celular Aplicada (IMMCA), con sede en Tucumán.


Equipo multidisciplinario e interinstitucional del IMMCA y del CERELA (foto: Gabriel Lemme, Sistema Provincial de Salud de Tucumán).

La Cámara Baja de Diputados de la Nación distinguirá durante el mes de noviembre con su máximo galardón al Instituto de Medicina Molecular y Celular Aplicada (IMMCA, CONICET-UNT-SIPROSA). Se trata de la Mención de Honor Diputado Nacional Dr. Juan Bautista Alberdi, condecoración que la entidad otorga a aquellas personas físicas y/o jurídicas que se destaquen por sus acciones culturales, científicas, políticas, humanísticas, o por aportes que realcen los valores democráticos y republicanos.

Este es el caso del IMMCA, instituto de triple dependencia que desde la provincia de Tucumán lleva adelante investigaciones con cultivos celulares y producción de proteínas para el estudio de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer, con importantes avances y resultados en el campo. Pero que además de la ejecución de sus líneas de trabajo diarias, comprometió sus esfuerzos con actividades científicas durante la pandemia para el diagnóstico y tratamiento del COVID-19.

“En nuestro laboratorio estamos orgullosos que desde la Cámara permitan que en país se visibilice el enorme y ´silencioso´ esfuerzo que todo nuestro grupo de investigadores y becarios vienen realizando desde hace años”, comenta la directora del instituto distinguido, Rosana Chehín, en referencia a los estudios que promueven frente a algunos de estos trastornos que causan desordenes cognitivos. Y afirma que este esfuerzo estuvo siempre acompañado por científicas y científicos que, radicados en el exterior, nunca se olvidaron del lugar donde se formaron, y que día a día comparten las frustraciones y éxitos del grupo: “en este punto cabe destacar la enorme relevancia de Rita Raisman-Vozari -reconocida científica de Tucumán, con desempeño en Instituto del Cerebro y la Médula de París- en la catálisis de todos nuestros proyectos”, menciona.

Asimismo, la investigadora afirma que las capacidades y el know-how con el que cuenta el IMMCA en la actualidad, además de viabilizar proyectos y colaboraciones nacionales e internacionales para combatir estas patologías, posibilitó que “rápidamente” pudieran desarrollar un kit diagnóstico, de elaboración local, para medir niveles de anticuerpos anti-COVID-19: “que en períodos de escasez de insumos y suministros permitió dar soporte a nuestro sistema de salud para conocer la respuesta inmune poblacional post-infección y post-vacunación”, señala. De hecho, y para comprender la relevancia de lo que se menciona, fue el grupo de investigación –conformado además por integrantes del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA, CONICET)- que generó y publicó los primeros resultados en el mundo sobre la persistencia de la respuesta inmune humoral post-vacunación con SPUTNIK.

En este sentido, destaca también la labor que cumplió el Ministerio de Salud Pública de Tucumán; que, con la anuencia y contribución de su ex ministra y presente diputada nacional, Rossana Chahla, coordinaron acciones para forjar una red de trabajo que permitiera la validación de este kit y su aplicación en los estudios poblacionales en transcursos de la emergencia sanitaria. “Nuestros desafíos futuros son enormes, pues todo el grupo de trabajo comprendió la relevancia de acercar al sistema de salud nuestro conocimiento y la tecnología disponible”, agrega Chehín, y asegura que este vínculo le permitirá a los becarios y las becarias que trabajaron en este desarrollo, “tener una concepción diferente de la ciencia y la tecnología como herramienta para generar servicios a la comunidad”.

Por su parte, Diego Ploper, también investigador del IMMCA, suma dos cuestiones que considera importantes subrayar: la primera sobre el ejercicio de montar redes de colaboración que permitan “amplificar” y optimizar las diferentes investigaciones. Tal es el caso de la articulación mencionada con el SIPROSA (Sistema Provincial de Salud de Tucumán), en la que también participó el Laboratorio de Salud Pública, el CERELA, el ANLIS-MALBRAN, la Facultad de Medicina de la UNT y distintos hospitales provinciales; pero para otros que protagonizan, en interrelación con la Facultad de Agronomía de Tucumán, con el Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (INSIBIO, CONICET-UNT) y con las universidades de Harvard y de Boston, entre otras…y que surgieron durante el contexto de pandemia: “esas son las cosas que realmente quedan”, asevera.

Y, por último, enfatiza que a pesar de estar lejos –poniendo como referencia a Bs As-, con trabajo arduo y la “ayuda” de las instituciones; más las capacidades, el equipamiento y los recursos humanos afines, se pueden hacer y lograr cosas.