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El CIME celebró sus 40 años de aporte a la ciencia del país y del mundo
Con la presencia de importantes autoridades, colegas y “amigos de la casa”, el Centro Integral de Microscopía Electrónica -único en su tipo en la región- celebró su cuadragésimo aniversario desde su puesta en funcionamiento en 1982, y lo hizo a través de un emotivo acto.
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En su edificio ubicado en la Finca El Manantial, a la vera del Camino de Sirga que conecta a la capital de Tucumán con el municipio de Yerba Buena, el pasado viernes 16 de diciembre se realizó la ceremonia para celebrar el 40° aniversario del Centro Integral de Microscopía Electrónica (CIME), servicio central del CONICET NOA Sur y de la UNT que funciona en la provincia desde 1982.
El acto conmemorativo contó con la presencia de importantes autoridades del CONICET, de la Universidad Nacional de Tucumán, del Gobierno de la provincia y de otras instituciones del medio científico-tecnológico y educativo. Entre los presentes, se destacó la participación del rector de la UNT, Sergio Pagani; del director y del vicedirector del CONICET NOA Sur, Atilio Castagnaro y Ricardo Kaliman, respectivamente; de la directora general de la Secretaría de Ciencia, Arte e Innovación Tecnológica (SCAIT) de la UNT, Mónica Tirado, y del responsable de la Secretaria de Estado de Innovación y Desarrollo Tecnológico (SIDETEC), Roberto Tagashira.
A la lista de referentes que se sumaron a la cita se puede mencionar también la presencia del director general de investigación de la Fundación Miguel Lillo (FML), David Flores; del concejal por el municipio de Tafí Viejo, Maxi Córdoba, y de directores y directoras de institutos de investigación del CONICET con dependencia compartida, tanto en la provincia como en la región. También hubo invitados especiales, ya que entre los presentes estuvieron dos ex autoridades del CONICET NOA Sur: Roberto Morero y Ricardo Farías, este último también director del CIME desde 1991 a 1997.
Los encargados de presidir el evento fueron los propios miembros del CIME, los cuales llevaron adelante un encuentro cargado de emotividad. Precisamente, durante su desarrollo, dirigieron unas palabras a los y las visitantes, por un lado, la responsable científica del centro de microscopía, Virginia Albarracín, y por otro, el representante del sector técnico, Luciano Martínez.
En su alocución, Albarracín sostuvo que esta sede es un símbolo universitario y científico, porque además de fomentar investigaciones que surgen del propio seno del CIME y aportar a otras líneas de trabajo de distintas instituciones, el equipo que allí se desempeña hace contribuciones a través de diferentes capacitaciones, y ellos mismos se encuentran en “constante entrenamiento y formación”. Y, en ese sentido, no dejó de mencionar que lo hacen con la mirada siempre puesta en “generar un impacto sobre el medio; sobre nuestra sociedad, y sobre nuestra cultura científica”.
En este sentido, vale aclarar que cuando se hace mención al “medio” en términos generales, el CIME no sólo brinda asistencia y colaboración a institutos a través del estudio de diferentes muestras para la investigación científica. También, por señalar algunos ejemplos, ofrece su servicio al sistema judicial a través del estudio de residuos de disparo en causas judiciales, o al sistema de salud para el análisis de biopsias.
En su discurso, Alabarracín tampoco se olvidó de sus precursores y de los y las fundadoras de este centro, a quienes les agradeció haber marcado el camino y las bases fundacionales sobre las cuales se erige hoy este espacio de trabajo.
A su turno, Martínez recordó a una de las directoras con las que contó este servicio central, Beatriz Winik, a la cual –sentidamente- definió como una profesional apasionada que contagiaba con entusiasmo a sus alumnos. Asimismo, y en línea con sus agradecimientos, hizo referencia a Alberto Andrada, uno de los técnicos que trabajó durante su primera etapa como miembro del laboratorio, a quien describió como una persona generosa que tuvo la capacidad de formar una “nueva generación de microscopistas de primer nivel”. Y, por último, subrayó la labor de la actual directora: “La gestión de Virginia fomentó la capacitación intensiva de los y las integrantes del CIME, y se ampliaron y mejoraron los servicios”. Gracias a ello –considera el especialista-, “nuestro centro hoy es reconocido por sus pares como un referente nacional e internacional”.
Posteriormente, Tirado brindó unas palabras: “Yo me siento en mi casa, o sea, vi crecer al CIME desde sus comienzos”. Asimismo, la directora de la SCAIT auguró que el personal del centro pueda seguir por ese camino de investigación y docencia de “excelencia”, ofreciendo su servicio especializado a la comunidad local, nacional e internacional.
Por su parte, Castagnaro destacó no sólo la calidad científica del CIME, a la que calificó de “impresionante”, sino que también subrayó la humana, y lo hizo dirigiéndose en particular a Albarracín: “Creo que´te debemos`a vos el hecho de que hayas sabido construir este equipo de trabajo, porque es lo más importante que tenemos aquí; inclusive más que los propios microscopios, los equipos y el resto de materiales. Así que creo que ese es un gran mérito tuyo, y por supuesto del equipo de trabajo que entendió eso y que tiene la mística para seguir por este camino”.
Para finalizar, Pagani dio las gracias a “las personas que hicieron posible que este centro llegue hoy hasta acá” –en referencia a sus 40 décadas de existencia-, y que favorecieron a que el CIME sea un “orgullo universitario por su alta excelencia, científica y académica”. Asimismo, destacó a Mónica Tirado porque fue quien permitió una mayor sinergia con la universidad, y que se conozcan las capacidades de este y otros espacios de trabajo que buscan al bienestar de las personas y que están comprometidos con la sociedad. “Vamos por el camino correcto”, concluyó.
Seguidamente, como parte del homenaje se reinauguraron dos salas que, de ahora en adelante, llevarán los nombres de los dos primeros directores del CIME: Sala Dr. Ricardo Cesario Santolaya, donde se ubica el microscopio de barrido Zeiss Supra 55VP, y Sala Dra. Beatriz Clara Winik, espacio donde se aloja el microscopio electrónico de transmisión Zeiss Libra 120. Es importante remarcar que los campos de aplicación de este tipo de tecnología son muy amplios, siendo utilizados actualmente en las ciencias biológicas, médicas, forenses, geológicas, de los materiales y tecnológicas de los alimentos, agraria, minera, electrónica y nanotecnología.
Único en su tipo en la región -en relación a los equipos de avanzada con los que cuenta, además de sus profesionales altamente especializados-, el CIME es un centro dedicado a obtener conocimiento en el campo de la microscopía, pero también a formar recursos humanos especializados y ofrecer servicios de primer nivel a sus usuarios; tanto a los que integran el sistema científico-tecnológico y académico, como a aquellos pertenecientes a los sectores sociales y productivos de la provincia de Tucumán, del país y del mundo.
Asimismo, forma parte del Sistema Nacional de Microscopía (SNM) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva cuya misión es generar, ejecutar y coordinar políticas que contribuyan a maximizar el uso de los grandes microscopios adquiridos con fondos públicos.
Un poco de historia
El 27 de junio de 1980 se creó el Laboratorio de Microscopía Electrónica del Noroeste Argentino (LAMENOA), mediante un convenio entre el Rectorado de la UNT y el CONICET; y fue puesto en funcionamiento el 14 de Julio de 1982 en su antigua sede del Instituto de Química Biológica de la UNT, bajo la dirección del doctor Ricardo Santolaya. Ya en 1991 asume la dirección de este laboratorio el doctor Ricardo Farías, y en 1994, este centro de trabajo se transfirió a las dependencias administrativas de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia de la UNT.
En 1997 el CONICET incorpora al Laboratorio en la estructura del Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (INSIBIO, CONICET-UNT). Ese mismo año es designada como coordinadora del servicio de microscocopía electrónica la doctora Beatriz Clara Winik
En el año 2004 el servicio de microscopía se convierte en el Centro Integral de Microscopía Electrónica, como unidad de servicios compartido entre la UNT y CONICET.
En 2012, el CONICET otorga un subsidio especial para la construcción de un espacio para el Centro Integral de Microscopía Electrónica para relocalizar los microscopios adheridos al Sistema Nacional de Microscopía. La UNT se compromete a financiar la obra con igual suma de dinero y cede un terreno en el predio de Finca El Manantial de 15 hectáreas para la construcción del CIME y otros institutos del Centro Científico Tecnológico Tucumán.
En 2014, se comienza la construcción de la nueva sede del CIME en la Finca El Manantial con fondos de ambas instituciones en terreno de la UNT, siendo el primer instituto a instalarse en el proyectado Polo Científico y Tecnológico de Tucumán entre la UNT, el CONICET y la Provincia
En 2015, el CIME deja de pertenecer al INSIBIO para pasar a la órbita del CCT como servicio central del CCT CONICET-TUCUMAN y la UNT. El Consejo Directivo del CCT designa como Responsable Científica a la Dra. Virginia H. Albarracín y al Farm. Bioq. Luciano Martínez como Responsable Técnico de CIME. Este mismo nombramiento es realizado por Rectorado UNT el 11 de diciembre de 2017.
Tres años más tarde, en marzo de 2018, concluyó la obra y el personal y el equipamiento se trasladan al nuevo predio. Allí se instala con éxito el Microscopio Libra 120, equipo comprado en 2008 con fondos Agencia. En la actualidad, el servicio y su equipamiento están funcionando con capacidad plena.