Alimentación en tiempos de cuarentena: ¿cómo afecta esta situación a los hogares tucumanos?

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En retrospectiva, resulta acertado recordar que a principios del pasado mes de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba como pandemia al brote del COVID-19, “enemigo invisible” comúnmente conocido como coronavirus. Al día de la fecha, esta problemática sanitaria arroja cifras para nada alentadoras: a escala mundial, afecta a alrededor de 160 países; el contagio alcanza a más de 3 millones de personas; y la cantidad de fallecidos trepa el cuarto de millón.

En sintonía con este anuncio, unas semanas después de la declaración de la OMS entra en vigencia en nuestro país la medida de aislamiento social, preventivo y obligatorio, a través del decreto oficial 297/2020. Esta decisión adoptada e implementada por el Gobierno Nacional, establece que todos los habitantes del territorio argentino deben permanecer en sus residencias y abstenerse de concurrir a sus lugares de trabajo con el fin de prevenir la propagación y el contagio del virus. No obstante, también indica la posibilidad de desplazamientos mínimos e indispensables para la compra de artículos de limpieza, medicamentos y alimentos. Este último punto es de suma importancia; más si se tiene en cuenta el contexto socio-económico y socio-geográfico en términos de acceso y disponibilidad que tienen los hogares a la canasta básica familiar.

Para la doctora Laura Cordero, becaria posdoctoral del Instituto Superior de Estudios Sociales (ISES, CONICET-UNT), la directiva de aislamiento en Tucumán tuvo una serie de repercusiones sociales que responden, en buena medida, a las condiciones de vida de los ciudadanos locales. Teniendo en cuenta las dimensiones socioeconómicas, la composición familiar y la distribución espacial de la población en los diferentes departamentos de la provincia, la Especialista en Salud Social y comunitaria, elaboró una encuesta digital pública a los fines de determinar la magnitud de las problemáticas alimentarias en los hogares tucumanos.

“La idea es captar la variabilidad de esta situación en los distintos departamentos de la provincia y, a partir de la información recabada, elaborar un mapa que ilustre las disparidades territoriales en el ámbito provincial, poniendo el acento en detectar los niveles de seguridad alimentaria en hogares con integrantes menores de 18 años.”. A lo dicho, agrega: “Este producto cartográfico resultará un insumo valioso para políticas, programas e intervenciones gubernamentales en materia de seguridad alimentaria y nutricional”.

Es importante aclarar que dada la imposibilidad de administrar los formularios de manera presencial, la participación en el estudio se apoya en el reciente concepto de la OMS de salud digital que supone el empleo de tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) para la salud. Por este motivo, la encuesta circula solamente a través de medios digitales (redes sociales, whatsApp, mail).

“Una particularidad de este trabajo es que pretende captar la situación de los hogares en el contexto de la cuarentena; por ello, el responsable o representante del hogar es quien la completa haciendo referencia a las características del grupo conviviente”, indica la becaria, y añade que, en este sentido, es fundamental el rol de informantes que trabajan en cada territorio, porque facilitan la tarea de acceso al campo: “Realmente es alentador en estos tiempos de aislamiento ver la participación y colaboración de los tucumanos en esta tarea”.

Por último, Cordero aclara que la encuesta que cuenta con el aval ético del CONICET NOA Sur y se encuentra el curso hace aproximadamente un mes, está disponible para los hogares que aún no hayan participado ingresando al siguiente vínculo: https://forms.gle/WdJBR8qzXYyfwFgf6.