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CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD
Con una “maravilla” autóctona elaboran un producto con potencial capacidad detoxificante y sanitizante
Un equipo científico del CONICET NOA Sur identificó en productos naturales de una planta nativa regional propiedades que pueden resultar benéficas para la salud humana.
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Maravilla es uno de los nombres populares que recibe la Flourensia fiebrigii SF Blake, un arbusto ancestral -de flores amarillas, perteneciente a la misma familia (asteráceas) que las margaritas y los girasoles- que cuenta con la capacidad de producir aceites y de ser una importante fuente de antioxidantes. Y eso no es todo: tanto sus partes aéreas (hojas y flores) como las resinas que genera presentan propiedades medicinales de especial interés, tales como las antibacterianas, antifúngicas, antiinflamatorias y antirreumáticas, entre otras. El trabajo fue publicado recientemente en LWT - Food Science and Technology (Elsevier).
Con esta maravilla, también llamada biscol, engordadora o incienso, trabaja un equipo de científicos y científicas del Instituto de Biotecnología Farmacéutica y Alimentaria (INBIOFAL, CONICET-UNT) y docentes de la Universidad Nacional de Tucumán, cuya experticia consiste en aislar e identificar productos naturales, fundamentalmente de plantas, hongos y bacterias benéficas autóctonas, que puedan resultar útiles para emplear en tratamientos relacionados con la salud humana. Específicamente, hallaron que extractos y compuestos puros de esta especie tienen –en pequeñas concentraciones– propiedades que promueven la expresión de biopelículas y glicoproteínas en una bacteria probiótica llamada Lactobacillus paracasei.
“Este aspecto es relevante -resalta María Cecilia Verni, que integra el equipo como becaria doctoral - , sobre todo si se tiene en cuenta que las biopelículas confieren ventajas adaptativas a las bacterias que la forman, como la resistencia a la penetración de antibióticos o de agentes químicos; también frente a patógenos competidores, o a factores como la desecación y la radiación UV. Las glicoproteínas, por su parte, dan a las bacterias propiedades tensoactivas y antiadherentes”.
El entramado de la investigación
Verni, que lleva adelante el trabajo experimental con la dirección de Elena Cartagena y la codirección de Mario Arena, del INBIOFAL, cuenta que los ejemplares de los que se obtuvieron los extractos fueron recolectados en el Cañón del Ocre, ubicado a 2.750 msnm en el Valle del Famatina, de La Rioja. Dichos extractos, así como los compuestos puros aislados e identificados, inhiben el desarrollo de biopelículas de bacterias patógenas, pero -en cambio- no entorpecen la acción de bacterias benéficas, como los lactobacilos; es más: en algunos casos, las estimulan.
“Este comportamiento de combatir patógenos y fortalecer bacterias benéficas lo estamos observando con varios productos naturales”, indica Cartagena, directora del Laboratorio de Productos Naturales Biodiversos Aplicados (LabProBio) del INBIOFAL. “Ya hemos patentado un protocolo para este y otros productos, como los derivados de la planta Stevia rebaudiana (que se emplea como endulzante) -y otros aún no publicados-, con el propósito de indagar más sobre la estimulación de las bacterias benéficas y sus aplicaciones útiles”, agrega, y explica: “se podría decir que es una estrategia mixta o combinada que puede tener beneficios para la salud”. Por ejemplo, detectaron que, en presencia de estos componentes, bacterias no patógenas estimulan la síntesis de sustancias tensoactivas o surfactantes (es decir, son capaces de actuar sobre la tensión superficial de un líquido en contacto con el aire, o bien en la superficie de separación entre dos líquidos), lo que les confiere importantes aplicaciones tecnológicas y biomédicas.
“Los tensoactivos derivados de bacterias ácido lácticas poseen actividades antibacterianas, antifúngicas y antivirales, a través de las cuales estas bacterias eliminan competidores y patógenos”, explica Cartagena, y agrega que otra valiosa aplicación de los compuestos hallados en la maravilla es la prevención de la formación de biofilm, es decir, películas bacterianas que permiten la adhesión de patógenos a los epitelios, a las superficies sólidas y a los instrumentos biomédicos.
En el laboratorio
Concretamente, el trabajo consistió en pruebas que pusieron en contacto la bacteria patógena con el cultivo de lactobacilo que estaba sin estimular, por un lado, y con otro estimulado con el producto natural derivado de la maravilla. Allí se observó que el efecto antiadherente (que evita el establecimiento del biofilm, etapa clave para la instalación de un proceso infeccioso) era más fuerte al ser estimulado. Por otra parte, se observó que las bacterias no patógenas, al ser estimuladas con el producto natural, disuelven óptimamente muchos productos tóxicos por el aumento en la producción de biotensoactivos (químicamente, glicoproteínas que fueron caracterizadas en este estudio). De esta manera pueden actuar las enzimas bacterianas y degradarlos completamente. Es decir que estas sustancias naturales estimulan bacterias no patógenas con potencial detoxificante, y las ayudan a depurar sustancias tóxicas como el desinfectante fenol y derivados de acción mutagénica, y otras sustancias carcinogénicas.
“Empezamos con ensayos in vitro, y ya hemos avanzado en ensayos de desafío, es decir, enfrentado los productos combinados (producto natural más bacteria no patógena) sobre superficies contaminadas, en medios líquidos como el agua; pronto vamos a probar en matrices alimentarias”, cuenta Cartagena, con el equipo listo para avanzar con lo que se viene…