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Distinción para investigadores e investigadoras y jubilados del CONICET NOA Sur

Mediante un sencillo acto, los directivos del Organismo brindaron un reconocimiento al personal de ambas categorías. También se descubrió una obra muralista que hace referencia a los 40 años de retorno a la democracia.


Distinción para investigadores e investigadoras y jubilados del CONICET NOA Sur.
Distinción para investigadores e investigadoras y jubilados del CONICET NOA Sur
Distinción para investigadores e investigadoras y jubilados del CONICET NOA Sur.
Distinción para investigadores e investigadoras y jubilados del CONICET NOA Sur.
Presentación del mural del CCT NOA Sur: "Ciencia y arte en los 40 años de democracia".
Presentación del mural del CCT NOA Sur: "Ciencia y arte en los 40 años de democracia".
Distinción para investigadores e investigadoras y jubilados del CONICET NOA Sur
Presentación del mural del CCT NOA Sur: "Ciencia y arte en los 40 años de democracia".

En el salón principal del CONICET NOA Sur se celebró el miércoles 19 de diciembre una emotiva ceremonia de reconocimiento al personal que accedió a los beneficios jubilatorios este último año, y también se distinguió a los investigadores e investigadoras que alcanzaron la categoría de superiores, principal escalafón al que puede acceder un especialista del CONICET en su área temática y de producción de conocimiento.

En total fueron reconocidos con pines institucionales y diplomas seis investigadores que accedieron al principal status de la carrera de investigación del CONICET –Atilio Castagnaro (ITANOA), Claudio Borsarelli (INBIONATEC), Graciela Vignolo (CERELA), Juan Carlos Díaz Ricci (INSIBIO), Horacio Cantiello (IMSaTeD) y Pablo Goloboff (UEL), y veinte jubilados y jubiladas provenientes de las diferentes Unidades Ejecutoras del CCT NOA Sur.

Respecto a este logro, el director del Instituto de Bionanotecnología del NOA (INBIONATEC, CONICET-UNSE), Claudio Borsarelli, sostuvo que se trata de una obtención que no es resultado de esfuerzos individuales, sino más bien colectivos. “Detrás de nosotros hay colaboradores; algunos de ellos más visibles, que son los que terminan figurando en nuestras producciones, publicaciones e informes. Pero hay otros que no son `evaluados´”, señaló el investigador –ahora superior-, haciendo referencia a aquellas personas y familiares que “día a día nos sostienen cuando no logramos lo que queremos o deseamos, y que nos abrazan y felicitan cuando estamos alegres”. En su caso particular, agradeció este galardón a su esposa, quien lo acompañó durante la ceremonia.

Por su parte, Fátima Álvarez, una de las jubiladas distinguidas que se desempeñó como Personal de Apoyo durante treinta años de fructífera carrera en 3 institutos del CONICET NOA Sur –CERELA, ITANOA e INSIBIO, su último lugar de trabajo-, expresó el orgullo de haber sido integrante del Consejo por tantos años. “No solamente pude desarrollar mis capacidades; también conocí gente maravillosa desde lo humano y lo científico”, deslizó la bioquímica que inició su camino en el Organismo en 1994. A lo dicho, agregó: “Trabajar en ciencia fue el mejor regalo que me hizo Dios, porque a través de ella siento que serví al prójimo y eso le dio sentido a mi vida”.

Antes de concluir con su aporte, Álvarez dijo que, sin dudas, cree que el avance científico ayuda a mejorar la calidad de vida de la gente, y que en este sentido es importante comunicar a la sociedad los importantes desarrollos, conocimientos y tecnologías que desde el sistema científico-tecnológico se generan en torno a cumplir con este propósito.

Para cerrar con esta sección de reconocimiento, Augusto Bellomio y Marta Arias –director y vicedirectora del CCT NOA Sur, respectivamente- expresaron unas palabras a los agasajados. En primer lugar, Bellomio hizo una mención especial a los agentes que recibieron la distinción de superiores, a los cuales felicitó por la dedicación y vocación que dedicaron a lo largo de su carrera a la investigación científica para beneficio de nuestra sociedad y de la humanidad. “Hacerlo en Argentina adquiere un significado mucho más importante por el contexto en el que trabajamos y por los vaivenes que hay en cuanto al apoyo de los dirigentes y de la política”, señaló, sin dejar de resaltar que la ciencia debería entenderse como “política de Estado”, y no en dependencia de un gobierno de turno. “Durante su vida laboral pudieron desarrollarse y hacer crecer sus laboratorios, formar recursos humanos de alta calidad y enfocar sus investigaciones en cuestiones que son muy importantes; que no sólo tuvieron trascendencia, sino además continuidad en el tiempo”, puntualizó el director.

En cuanto al personal que recibió la jubilación, Arias auguró para cada uno de ellos el comienzo de una nueva etapa: para reinventarse, recrearse y trascender en otros aspectos. Que la tomen como un agradable desafío: “Porque hay otras personas que nos están necesitando y esperando que les transmitamos lo que hemos aprendido; todo ese bagaje y la enseñanza después de la trayectoria vivida. Y sobre todo a los más pequeños, que son las semillas si pretendemos tener un futuro próspero", reflexionó la vicedirectora.

 

Segunda parte: descubrimiento de un mural

“Junto con Fátima Leal estamos muy contentos de compartir esta obra que surgió de la colaboración de todos los científicos y las científicas de la institución”, destacó César Carrizo, uno de los artistas responsables del mural “Ciencia y arte en los 40 años de democracia”, al cual considera “tan necesario en estos tiempos que corren y en los que vendrán”. Asimismo, anhela que se sigan reproduciendo estas propuestas que permiten unir al mundo del arte con el de la ciencia para recrear sucesos de la historia. “Nuestra memoria no es una página en blanco en la que cualquiera puede borrar y escribir lo que quiera. Somos nosotros los que día a día construimos, y dependemos de la memoria histórica y política para hacerlo”, afirmó.

Seguidamente y luego de agradecer a los actores involucrados, Ezequiel Del Bel –becario postdoctoral en el Instituto de Investigaciones Territoriales y Tecnológicas para la Producción del Hábitat (INTEPH, CONICET-UNT) y coordinador del Laboratorio de Investigaciones del Grupo Interdisciplinario de Arqueología y Antropología de Tucumán (LIGIAAT)- sostuvo que en un momento complejo para el país como el que estamos transitando, es importante seguir apostando a reforzar el trabajo que se viene haciendo desde el CONICET y la universidad. “Tenemos cimientos muy sólidos y por eso debemos estar tranquilos”, indicó el arqueólogo que este momento se encuentra realizando investigaciones en el ex centro clandestino de detención, tortura y desaparición forzada: “Arsenal Miguel de Azcuénaga”.

“No son menores –prosiguió el especialista- los avances que obtuvimos gracias al apoyo del Consejo, que por primera vez orientó recursos económicos a la causa de “Arsenales” en la que actualmente están trabajando tres equipos de arqueología forense del país; donde, además del LIGIAAT, se están desempeñando allí miembros del CAMIT (Colectivo de Arqueología Memoria e Identidad de Tucumán) y del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Por otro lado, recordó el convenio que mantienen actualmente con el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), a través del cual el especialista colabora en procesos de exhumación para la identificación de nietos y nietas nacidos en cautiverio durante la última dictadura. Y también hizo mención sobre otros nichos de desaparición forzada que investigan, como el Pozo de Vargas o de reflexión y educación, como es el caso del Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos que se ubica en el ex centro de detención clandestino, Escuelita de Famaillá, y que funcionó como tal desde febrero de 1975 hasta el Golpe de Estado en marzo de 1976.

El becario mencionó todo esto porque, precisamente, el mural en cuestión exhibe estas nociones de Memoria, Verdad y Justicia, y hace un recorrido por todas estas locaciones que se correlacionan por haber sido centros ilegales de detención y otros de exterminio. “Por eso, con este mural estamos apostando a sostener que tanto ayer, como hoy y mañana decimos: `Nunca Más´”.

Para concluir con este tramo de la ceremonia, la directora del Instituto Superior de Estudios Sociales (ISES, CONICET-UNT) y una de las ideólogas de la pieza, Alejandra Korstanje, agradeció a los directivos del CCT por haberle permitido participar de una iniciativa en que ella considera que tiene experticia, porque le permite “enlazar mundos”. “Cuando me convocaron pensé en lo importancia de contar sobre Derechos Humanos” y, en tal sentido, el mural recopila algunos de los lugares donde se realizaron y aún se llevan a cabo investigaciones referidas a este tópico.

En su alocución, la investigadora también pidió un aplauso a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, a quienes destacó por haber sido un “motor de lucha” frente a las causas de lesa humanidad en nuestro país y un ejemplo en el mundo. Asimismo, explicó que la obra pone énfasis en la diversidad de investigaciones que se realizan en Santiago del Estero, Tucumán y Catamarca - arqueológicas e históricas; biológicos, ecológicas y ambientales, entre muchas otras-; a la importancia de nuestros pueblos originarios y movimientos sociales y de DDHH, y por último a la riqueza con la que cuenta el NOA en relación con su flora y fauna autóctonas.

Es importante aclarar que esta pieza muralista surge en el marco de una iniciativa científico-artística promovida por la Gerencia de Vinculación Tecnológica del CONICET, con motivo de reconocer las luchas que entablaron los movimientos sociales y de Derechos Humanos durante y luego de que se produjera la última dictadura cívico-militar en nuestro país, y para visibilizar el rol que tuvo la ciencia en torno a la búsqueda de identidad de las víctimas como consecuencia del Terrorismo de Estado.  En él se puede apreciar además la diversidad de esta región geográfica del país, caracterizada por su riqueza paisajística, de recursos naturales y por el conjunto de especies animales y vegetales que la hacen única. Un sector del país en el que los estudios científicos son numerosos, y lo convierten en un bastión para el pleno desarrollo la ciencia nacional y de calidad que promueve el CONICET.