CIENCIAS AGRARIAS, INGENIERIA Y DE MATERIALES

Investigadores del CONICET NOA Sur usan bacterias probióticas como alternativa a los antibióticos

Un equipo del Instituto de Biotecnología Farmacéutica y Alimentaria (INBIOFAL) desarrolla alternativas para enfrentar el grave problema mundial de la resistencia antibacteriana


Imagen microscópica de las bacterias lácticas probióticas.
Doctor Mario Arena, vicedirector del INBIOFAL.
Licenciada Anabel Díaz, becaria del INBIOFAL.
Integrantes de Instituto de Biotecnología Farmacéutica y Alimentaria (INBIOFAL).

Durante los últimos años quedó clara la grave amenaza para la salud humana y de los animales que implica utilizar antibióticos. Sucede que el mal uso de los antibióticos provoca la aparición de cepas bacterianas, y se corre el serio riesgo de quedarnos sin tratamiento. Los investigadores, integrantes del Laboratorio de Investigación de Valor Agregado de Productos Regionales y Alimentos (LIVAPRA), que forma parte del INBIOFAL, se centraron en el ganado menor (animales de tamaño pequeño y mediano, como ovejas, cabras o cerdos), en busca de atender su salud y fomentar su crecimiento, así como la calidad y la productividad, concretamente, del ganado caprino y sus productos.

Para ello investigan el uso de probióticos, línea de trabajo que el INBIOFAL, unidad ejecutora de doble dependencia (CONICET – UNT), viene realizando desde hace 14 años. Integran este equipo la doctora Silvia González, el doctor Mario Arena, y la licenciada Myriam Anabel Díaz, becaria doctoral de CONICET NOA Sur.

Su estrategia no busca matar la bacteria que provoca la infección, sino que produce un ataque indirecto a ellas interfiriendo con su sistema de comunicación, un proceso llamado Quorum sensing (QS).

“Las bacterias patógenas pueden comunicarse entre ellas, establecer una especie de dialogo”, explica la licenciada Díaz, y agrega: “la comunicación se establece por moléculas pequeñas, y ocurre que las bacterias dejan de actuar como organismos unicelulares y pueden adquirir comportamientos coordinados, los cuales producen múltiples factores de virulencia”.

“La producción de factores de virulencia que incluye enzimas, que permiten la diseminación de bacterias y la producción de una biopelícula o biofilm, que por su estructura vuelve ineficaces a los antibióticos y favorece el desarrollo de enfermedades crónicas”, explica por su parte Arena. “Por ese motivo venimos trabajado con compuestos producidos por las bacterias lácticas probióticas capaces de inhibir la comunicación microbiana, y por lo tanto los factores de virulencia de los patógenos. Es decir, jaqueamos la comunicación entre ellas y evitamos -o subsanamos- el desarrollo de infecciones bacterianas y evitamos su cronicidad.”

Resultados a partir de cabras

Un dato interesante: bacterias lácticas no sólo están en la leche, como lo sugiere el nombre, sino que son ubicuas, pueden estar en la miel, el vino, frutas, etc. De hecho, su presencia en el intestino de los seres vivos es algo deseado, y promueve el bienestar y la salud. “En esta línea puntual de investigación trabajamos con aislados de heces o calostros de cabras”, explica el doctor Arena.

Los científicos están muy entusiasmados, porque su trabajo en ganado menor demostró la eficacia del uso de probióticos autóctonos de cabras para prevenir y controlar procesos infecciosos sin usar antibióticos. “Estos resultados son prometedores y forman parte de varios proyectos, entre ellos, uno en conjunto con la Secretaría de Estado de Innovación y Desarrollo Tecnológico (SIDETEC), el Instituto de Desarrollo Productivo (IDEP) y el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Provincia de Tucumán; estamos llevando a cabo trabajo de campo en varias granjas caprinas de la provincia, con resultados muy alentadores”, informó, entusiasmado, el director de INBIOFAL.