- Noticias / Mozo, ¡tráigame una ensalada con nanopartículas antibacterianas!
CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD
Mozo, ¡tráigame una ensalada con nanopartículas antibacterianas!
Para combatir microorganismos multirresistentes, y como alternativa terapéutica a los antibióticos tradicionales, investigadores del CONICET NOA Sur en Santiago del Estero estudian nanopartículas de plata obtenidas, por ejemplo, de plantas como la achicoria.
Compartir en
redes sociales
En los tiempos que corren, la prevalencia de bacterias que resisten tenazmente la acción de antibióticos convencionales se convirtió en un problema sanitario mundial. Por ello se hizo fundamental buscar y desarrollar nuevas alternativas terapéuticas y, en la última década, la aplicación de tecnología que opera a “nanoescala” permitió perfeccionar nanomateriales y nanopartículas (NPs) que recibieron una creciente atención por parte de la comunidad científica internacional.
Consciente de esta potencialidad, un equipo del Centro de Investigación en Biofísica Aplicada y Alimentos (CIBAAL, CONICET-UNSE) en Santiago del Estero, integrado por la doctora Anike Ferreyra Maillard, becaria posdoctoral, enfoca su lupa en la obtención de nanopartículas de plata –AgNPs-, con las que se busca ofrecer una alternativa novedosa y eco-amigable a los antibióticos de uso convencional, para hacerle frente a la gradual aparición de bacterias multirresistentes.
Trabajar en el mundo de lo minúsculo
Las bacterias son organismos unicelulares de unos pocos micrómetros; por eso, operar con ellas requiere inmiscuirse en este universo particularmente diminuto. Entonces, la línea de trabajo del equipo se basa en el desarrollo de materiales a escala nano, es decir, con dimensiones que rondan la millonésima parte de un milímetro. Principalmente, se preocupan por obtener AgNPs empleando extractos vegetales de plantas nativas, indica Ferreyra Maillard, y aclara que no se usa cualquier metodología, sino lo que se conoce como “síntesis verde”, es decir, “sin aplicar compuestos químicos tóxicos”.
Y las ventajas son evidentes: se obtiene un producto amigable con el ambiente, pero -sobre todo- se consigue a través de un proceso sencillo, reproducible, fácilmente escalable y de menor costo, señala la especialista. Destaca, además, que las nanopartículas de plata tienen múltiples aplicaciones, aunque la principal siga siendo su capacidad antimicrobiana. “Y esta abre las puertas a que se utilicen como alternativas a los antibióticos tradicionales, o en combinación con ellos, para disminuir las implicancias de la creciente aparición de bacterias multirresistentes”, explica.
Perspectivas prometedoras
Pero hay más: durante la denominada síntesis verde, las moléculas biológicas presentes en los extractos actúan como agentes reductores de la sal, y también como agentes estabilizantes que pueden mejorar la biocompatibilidad de las nanopartículas adquiridas gracias a que forman un capping, es decir, un recubrimiento que les otorga estabilidad a lo largo del tiempo, por lo que mantienen sus características de tamaño y propiedades antibacterianas.
“Los resultados alcanzados al utilizar extractos de hojas de aguaribay (Schinus areira) -una planta presente en todo el norte argentino- confirman el potencial señalado. Obtuvimos nanopartículas estables con una alta actividad antimicrobiana, incluso en mayor proporción comparándolas con las de otros vegetales”, revela Ferreyra Maillard. Por lo tanto, la investigación deja entrever otros dos aspectos. En primer lugar, que probablemente cada especie vegetal difiere en concentración y composición de componentes biológicamente activos, lo que explica la diversidad de las nanopartículas; y en segundo, la relevancia y el potencial que tiene la flora local del NOA para este tipo de aplicaciones.
En el Laboratorio de Compuestos Bioactivos del CIBAAL, cuenta la especialista, y utilizando el aguaribay como fuente de poder reductor, lograron obtener AgNPs de un tamaño menor a 100 nanómetros con marcada actividad antibacteriana frente a bacterias grampositivas (Staphylococcus aureus) y gramnegativas (Escherichia coli). Asimismo, demostraron que la potencia antimicrobiana de amplio espectro fue mayor en estas nanopartículas que en aquellas extraídas de otras especies vegetales, lo cual resulta promisorio al momento de pensar en su utilización, ya que con su uso se requeriría una “muy pequeña cantidad” para observar el efecto favorable frente a las férreas bacterias. Del mismo modo, realizaron estudios utilizando el extracto acuoso de hojas de una herbácea perenne nativa: la achicoria (Cichorium intybus L.). En este caso los resultados dieron cuenta de que las interacciones de la membrana parecen estar involucradas en la actividad antibacteriana de las AgNPs obtenidas a través de una síntesis química verde, y presentan mejores resultados en este tipo de actividad que los obtenidos por síntesis química.
Si bien es pronto para hablar de tratamiento de alguna patología con estos nanomateriales -ya que para esta instancia se requiere otro tipo de pruebas- las nanopartículas de plata presentan, como se vino desmenuzando, un amplio espectro de actividad antimicrobiana. “Las infecciones cutáneas, por ejemplo, podrían ser tratadas con algún gel de aplicación tópica que contenga estas nanopartículas de plata”, ejemplifica.
Equipo de trabajo
Miembros del Laboratorio de Compuestos Bioactivos del CIBAAL (Universidad Nacional de Santiago del Estero):
Dr. Axel Hollmann- Investigador Independiente CONICET- Director de grupo; Dra. Andrea Carmen Cutró- Investigador Asistente CONICET; Dra. Anike P. V. Ferreyra Maillard- Becaria Posdoctoral CONICET; Lic. Prof. Patricia Maturana- Becaria Doctoral CONICET; Lic. Juan Carlos Espeche- Becario Doctoral CONICET; Ing. Romina Varas- Becaria Doctoral CONICET; Lic. Anahi Bordón- Becaria Doctoral CONICET. Además, contamos con la colaboración del Dr. Pablo R. Dalmasso- Investigador Adjunto CONICET, con lugar de trabajo en la Universidad Tecnológica Nacional de Córdoba, quien es codirector de la beca posdoctoral en curso.
Por Maximiliano Grosso