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Preservar los Bosques: un camino para conservar la fauna chaqueña
En agroecosistemas del Chaco Seco de Argentina estas áreas naturales son fundamentales para la conservación de mamíferos medianos y grandes.
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La doctora Sofía Nanni, becaria postdoctoral del Instituto de Ecología Regional (IER, CONICET-UNT), junto al doctor Mauro Lucherini (INBIOSUR- CONICET Bahía Blanca) , evaluaron la influencia de la configuración del paisaje sobre la conservación de mamíferos nativos en campos agrícolas y ganaderos chaqueños, obteniendo como resultado que tanto los remanentes de bosque como las áreas de mayor extensión son fundamentales para conservar las especies presentes en el mencionado agroecosistema.
La ecorregión del Chaco Seco argentino forma parte del Gran Chaco americano, que se extiende también en Bolivia y Paraguay y alberga la superficie de bosques secos subtropicales más extensa del continente, asociada a una gran diversidad biológica y cultural. A su vez, esta región se ve afectada por una acelerada expansión de la agricultura y la ganadería en las últimas décadas, que tuvo lugar mayormente sobre ecosistemas naturales (bosques secos, arbustales, sabanas y pastizales). Hasta el 2012, dicha expansión involucró 10.5 millones de hectáreas, 22% de la superficie de la ecorregión, siendo la superficie protegida alrededor de un 5%. Este contexto, junto con la continuidad de actividades tradicionales como la cacería, genera una gran amenaza para la conservación de muchas especies nativas, y con ella la necesidad de identificar estrategias que permitan compatibilizar la producción agro-ganadera con la preservación de la biodiversidad y los servicios sistémicos asociados.
Entre los mamíferos medianos y grandes originalmente presentes en el Chaco Seco argentino se encuentra el oso hormiguero, tres especies de pecarí: el de collar, el majano o labiado y el quimilero (este último “endémico del Chaco”, es decir, que no se encuentra en ninguna otra región), tatú carreta y otras especies de quirquinchos, corzuelas, tapires, felinos como el ocelote, jaguarundi y gato de monte, el puma y el jaguar (en situación crítica en la región). La conservación de estas especies es esencial, ya que están involucradas en el funcionamiento de los ecosistemas en el largo plazo, como el control de especies presa a través de la depredación, la dispersión de semillas, o funcionando como especies “paraguas”, que al conservarlas directamente también se protegen de forma indirecta a otras muchas especies que comparten su hábitat.
En el trabajo liderado por Nanni, y publicado en la revista internacional Animal Conservation, se evaluó específicamente si la cantidad de bosque remanente y la cercanía a áreas extensas de bosque (de más de 50 km2) influyen sobre la presencia de fauna en campos agrícolas y ganaderos del Chaco Seco. Se realizó un estudio con cámaras-trampa (que se colocaron en los sitios durante 45 días, y tomaron fotografías de los animales que se cruzaron) distribuidas en distintos campos correspondientes a cinco sitios del Chaco Seco (Anta, en Salta; Quimilí, Lavalle y Nueva Esperanza en Santiago del Estero y San Antonio, Catamarca).
Considerando todos los sitios, se registraron 19 especies de las más de 30 de mamíferos medianos-grandes identificadas para la región. Se encontró una mayor cantidad de especies de mamíferos en cámaras colocadas en lugares con una mayor cobertura local de bosque, mientras que en aquellas con escasa superficie de bosque dominaban especies oportunistas, como los zorros. A su vez, para el puma, el pecarí y el oso hormiguero fue muy importante la cercanía a áreas extensas de bosque, y estas especies utilizaron parches de bosque de mayor tamaño cuando las áreas boscosas de mayor extensión se encontraban más lejos. Por otro lado, no se registraron en los muestreos otras especies como el pecarí quimilero, el jaguar, y el tatú carreta, que dependen mucho más fuertemente de bosques bien conservados y áreas protegidas.
Finalmente, a partir de los resultados de este trabajo podemos concluir que para que las actividades productivas sean más compatibles con la presencia de fauna es importante promover la preservación (y/o restauración) de estas áreas naturales. Esto podría realizarse, por ejemplo, a través de los Ordenamientos Territoriales de Bosques Nativos de las distintas provincias, que categorizan los usos posibles para las tierras boscosas (desde la conservación hasta la posibilidad de transformación para la agricultura) según lo establecido por la Ley de Bosques (N° 26.331/07). A su vez, la importancia de conservar extensiones grandes de bosque, que típicamente abarcan más de un campo o finca, destaca la necesidad de implementar medidas de manejo a escala de paisaje además de predio.
El desarrollo de modelos productivos en armonía con el cuidado del ambiente y con la salud y el bienestar de la sociedad es muy importante para lograr la sostenibilidad, como evidencian los Objetivos del Desarrollo Sostenible 2030. Una dimensión importante es la conservación y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y los servicios que estos proporcionan, incluida la biodiversidad.
El artículo publicado en la revista internacional Animal Conservation se encuentra disponible en el siguiente link:https://zslpublications.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/acv.12694