Un estudio revela la importancia de la vacunación contra COVID-19 en pacientes con enfermedades reumáticas autoinmunes

Las enfermedades reumáticas autoinmunes (ERA), tales como el lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoidea, son patologías que comprometen el sistema inmunológico y que, como consecuencia de ello, pueden reducir la efectividad de las vacunas en personas que integran esta población de riesgo. En respuesta a la mencionada problemática, un equipo interdisciplinario conformado por especialistas del Instituto de Investigaciones en Medicina Molecular y Celular Aplicada (IMMCA, CONICET-UNT-SIPROSA),  del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA, CONICET), y del Servicio de Reumatología del Hospital Padilla de Tucumán determinaron los efectos de las diferentes plataformas de vacunación diseñadas específicamente para combatir el COVID-19.

Los resultados obtenidos y publicados en ScienceDirect son concluyentes, señala el investigador del IMMCA, Benjamín Socias: luego de la aplicación de la dosis inicial de cualquiera de las vacunas disponibles, se observó una leve producción de anticuerpos. Después de la segunda dosis, los niveles aumentaron significativamente. Y, a posteriori de la colocación de la tercera y última, los pacientes alcanzaron valores de inmunidad mucho más altos, evidenciando la relevancia de la administración de las dosis de refuerzo así como también de completar los esquemas de vacunación.

Se trata de un trabajo de años que tomó como fuentes de análisis las distintas plataformas y esquemas de vacunación en 66 pacientes diagnosticados con ERA, y que da cuenta de que tanto la vacuna de Pfizer como de Moderna -basadas en tecnologías de ARN mensajero (ARNm)- generaron mayor respuesta inmune, seguidas por las de vectores virales como Sputnik V y AstraZeneca. En el caso de la Sinopharm, desarrollada a partir del uso de virus inactivados por una empresa farmacéutica de China, fue una de las que indujo menor producción de anticuerpos.

Asimismo, el estudio demuestra que los esquemas heterólogos, es decir, los que combinan diferentes plataformas, fueron alternativas que potenciaron marcadamente la respuesta inmune humoral en comparación con los esquemas homólogos que contemplan dos o más dosis de una misma vacuna.

El conocimiento científico al servicio de la salud

Los investigadores explican que los pacientes que padecen enfermedades reumáticas autoinmunes suelen recibir tratamientos crónicos con inmunosupresores que reducen la actividad de su sistema de defensa. Por lo tanto, dado que los mecanismos de acción de las vacunas dependen de un estímulo -si lo que se pretende es encender el sistema inmune para finalmente conseguir que éste produzca anticuerpos frente a un antígeno utilizado y así poder bloquear un virus-, era fundamental entender cómo responderían frente a las distintas plataformas de vacunación.

A la vez, mencionan otros factores que atentaban con la producción de un buen nivel de anticuerpos: la hipertensión arterial, el tratamiento con corticoides tales como la prednisona, terapias con metotrexato –quienes, especialmente, mostraron una respuesta inmunológica significativamente limitada- y con agentes biológicos. Para todos ellos, la aplicación de una dosis adicional incrementó la tasa de seroconversión al 85%. Esta información–aseguran los referentes del estudio- demuestra la importancia de un esquema de al menos tres dosis para este grupo de riesgo.

La metodología de trabajo se basó en la recolección de sangre del grupo de pacientes del Servicio de Reumatología del Hospital Padilla durante el transcurso de las diferentes instancias de vacunación contra el SARS-CoV-2, con el propósito de evaluar la respuesta inmunológica de cada uno de ellos. Las muestras se recogieron antes de la primera dosis, 14 días después de su aplicación y en intervalos de hasta 180 días posteriores a la segunda. Además, se examinaron los efectos de empleos adicionales en pacientes con baja respuesta inicial. Los niveles de anticuerpos neutralizantes se detectaron y midieron utilizando el kit diagnóstico InmunoCoviTuc diseñado por el IMMCA, el cual emplea la técnica ELISA y sirvió para establecer con precisión la respuesta humoral frente a la vacunación.

En resumen, las personas con enfermedades reumáticas autoinmunes respondieron favorablemente a la vacunación. En este sentido, los especialistas recomiendan para tales grupos de riesgo un esquema heterólogo y al menos tres dosis de la vacuna para, en caso de eventuales contagios, desarrollar formas leves de la enfermedad.

 https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0188440924001929?via%3Dihub