20 DE MAYO - DÍA MUNDIAL DE LAS ABEJAS

La ciencia argentina y sus contribuciones para proteger a los principales insectos polinizadores

Especialistas del Instituto de Ecología Regional (IER), de doble dependencia CONICET-UNT, estudian el rol de las abejas en los ecosistemas del noroeste argentino, con el propósito de favorecer la preservación de estos insectos que cumplen un papel fundamental para la biodiversidad, la seguridad alimentaria y el equilibrio ecológico de la región.


Cada 20 de mayo se celebra el Día Mundial de las Abejas, una fecha proclamada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a fin de concientizar sobre la importancia de estos insectos para la biodiversidad, la seguridad alimentaria y el equilibrio ecológico. Aunque suelen pasar desapercibidas, las abejas desempeñan un papel fundamental en la polinización de numerosas especies vegetales, incluidas muchas de las que componen nuestra dieta diaria.

Una cucharada de miel implica el trabajo conjunto de miles de abejas y la visita a millones de flores. Pero su función va mucho más allá de la producción de miel: al polinizar cultivos y plantas silvestres, estos y otros insectos polinizadores contribuyen a la reproducción de más del 75% de los cultivos alimentarios del mundo, garantizando la diversidad y calidad de los alimentos.

En este contexto, la investigadora Natacha Chacoff, bióloga e investigadora principal del CONICET en el Instituto de Ecología Regional (IER, CONICET–UNT), lidera un equipo de investigación dedicado a comprender cómo interactúan las abejas con los cultivos y los ecosistemas naturales del noroeste argentino. Su trabajo se centra en estudiar la biodiversidad de polinizadores, su rol ecológico y los servicios ecosistémicos que prestan, especialmente en zonas de producción agrícola intensiva como las del citrus.

“Durante años se creyó que los cítricos no dependían de los polinizadores, pero nuestras investigaciones demostraron que su ausencia puede reducir considerablemente la cantidad y calidad de frutos”, señala Chacoff. Es decir que además de las implicancias ecológicas, se suman las productivas y económicas para la región.

En conclusión, estudios como los del IER resultan significativos si lo que se pretende es proteger a las abejas y otros polinizadores que ejercen un rol trascendental en los sistemas agroalimentarios y para la salud de los ecosistemas de nuestro planeta; sobre todo porque se encuentran cada vez más amenazados por la pérdida de hábitats, las prácticas agrícolas poco sostenibles, el cambio climático y la contaminación ambiental.