INNOVACIÓN TECNOLÓGICA

Se lanzó Howler, un producto biológico que protege cultivos basado en un desarrollo del CONICET

Annuit SA, que licencia la tecnología, y su socio comercial, Summit Agro, realizaron la presentación oficial.


Investigadores y representantes el CONICET, ANNUIT S.A. y de Summit Agro en el evento de lanzamiento. Foto: gentileza Summit Agro.
Dr. Atilio Castagnaro. Foto: gentileza Summit Agro.
Investigadores y representantes el CONICET, ANNUIT S.A. y de Summit Agro en el evento de lanzamiento. Foto: gentileza Summit Agro. Dr. Atilio Castagnaro. Foto: gentileza Summit Agro. Presentación de Howler en Mar del Plata. Foto: gentileza Summit Agro.

El pasado martes 4 de junio, el hotel Costa Galana de la ciudad de Mar del Plata fue el escenario para la presentación oficial de Howler, un producto biológico que activa los sistemas de defensa de las plantas. Desarrollado en Argentina, patentado en el mundo y licenciado por la empresa ANNUIT S.A., la invención podría marcar un cambio de paradigma en la producción agrícola, específicamente en el manejo fitosanitario de cultivos como la soja, la cebada y el trigo.

El evento contó entre sus oradores con la participación del doctor Atilio Castagnaro, director del Centro Científico Tecnológico CONICET Tucumán, quien forma parte del equipo argentino que desarrolló la tecnología. Ante la presencia de más de 200 productores y referentes del sector agropecuario, el investigador principal del Consejo rememoró cómo se llevó a cabo la investigación y las etapas del desarrollo tecnológico de este bioinsumo con tecnología ISDV (Inductores de los Sistemas de Defensa Vegetal).

La investigación había iniciado en 1997 cuando Castagnaro y el doctor Juan Carlos Díaz Ricci del Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (INSIBIO, CONICET-UNT) comenzaron a trabajar en la búsqueda de soluciones biotecnológicas para disminuir el impacto de la antracnosis  en el cultivo de frutilla, una actividad importante para la socio-economía tucumana. La Antracnosis es una enfermedad de las plantas, recurrente en climas húmedos y calurosos, que es causada por varios hongos de los géneros Colletotrichum, Gloesporium y Coniothyrium.

Los doctores Sergio Miguel Salazar y Josefina Racedo fueron quienes caracterizaron un microorganismo patógeno fúngico que activa la defensa de las plantas (Acremonium strictumSS71). Al mismo tiempo, la doctora Nadia Regina Chalfoun descubrió el “poder inductor” en una proteína producida por este aislado denominada AsES (Acremonium strictum elicitor subtilisin). Esta proteína activa y aumenta las defensas en las plantas y mejora su nivel de protección frente a distintos tipos de estreses bióticos y abióticos.

La identidad de la proteína se hizo en Madrid con la ayuda del grupo que dirigía el doctor Gabriel Salcedo Durán (fallecido en 2012) en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos. La determinación de la secuencia del gen que codifica la proteína, llevada a cabo en el INSIBIO, permitió la protección intelectual en Argentina en el año 2012 y, posteriormente, se hizo extensiva a 19 países de los cinco continentes.

El desarrollo de la tecnología a partir de estos conocimientos básicos (generados en dos tesinas de licenciatura y dos tesis doctorales dirigidas por Díaz Ricci y Castagnaro) se concretó en la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) de Tucumán y en el Instituto de Tecnología Agroindustrial del Noroeste Argentino (ITANOA, CONICET-EEAOC). Desde el año 2011, la doctora Chalfoun, bajo la dirección de los doctores Björn Welin y Castagnaro, comenzó a trabajar en la vinculación con el sector privado (específicamente con la empresa ANNUIT S.A.) para desarrollar una formulación cuyo ingrediente activo principal fuera la proteína AsES. También para escalar su producción y estudiar sus efectos en diferentes cultivos.

 

Así nació Howler, un bioinductor y bioactivador de las defensas naturales de las plantas. Sus inventores lo comparan con una vacuna, pero de origen vegetal, porque activa la inmunidad innata de las plantas a través de una serie de rutas de señalización de respuestas bioquímicas. “Estamos muy contentos con este nuevo desarrollo tecnológico, que va a permitir mejorar la respuesta al rendimiento, la sanidad de los cultivos y calidad de la producción, y marcará un antes y un después en la producción de soja, trigo y cebada”, expresó Carolina Martino, jefe de producto de Herbicidas & Howler.

Por su parte, el doctor Jorge González Montaner, coordinador de CREA Mar y Sierras y zona Litoral, contó acerca de su experiencia de campo en la que se probó el producto biológico en distintas zonas y cultivos durante seis años. Asimismo, resaltó algunos de sus principales beneficios: “Se trata de un producto cien por ciento natural que no contiene microorganismos vivos; aumenta las defensas y mejora el estado general de la planta, y ofrece una excelente relación costo-beneficio”.

Howler se destaca por ser un producto biológico de “banda verde”, es decir que, según el Senasa, “normalmente no presenta riesgos para la salud” y es amigable con el medio ambiente. Este organismo lo aprobó en 2018 para producción la orgánica o ecológica. Finalmente, vale resaltar que Howler permite reducir el uso de productos fitosanitarios químicos de origen fósil y que no deja residuos, por lo tanto, es seguro tanto para el agricultor como para el aplicador y el consumidor, y compatible con insectos auxiliares y polinizadores.

El evento de lanzamiento también contó con la presencia de Sebastián Guerriere (Subsecretario de Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva), Héctor Pralong (Gerente de Vinculación Tecnológica CONICET), Juan Manuel Birolo (Gerente de Marketing Summit Agro S.A), Jorge Moretti y Miriam Leicach (ANNUIT S.A.).

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