NOTICIAS INSTITUCIONALES

Arqueología forense y derechos humanos en Tucumán

Se realizó el 2º encuentro de Eureka, actividad organizada por el CONICET y el Banco Nacional de Datos Genéticos para dar a conocer a estudiantes de escuelas secundarias el aporte desde la ciencia a las demandas sociales por Memoria, Verdad y Justicia en el país.


En Tucumán, la ciencia y los derechos humanos volvieron a entrelazarse en el marco de “Eureka ¡Re! preguntas a la ciencia”.
En Tucumán, la ciencia y los derechos humanos volvieron a entrelazarse en el marco de “Eureka ¡Re! preguntas a la ciencia”.
En Tucumán, la ciencia y los derechos humanos volvieron a entrelazarse en el marco de “Eureka ¡Re! preguntas a la ciencia”.

Esta vez en Tucumán, la ciencia y los derechos humanos volvieron a entrelazarse en el marco de “Eureka ¡Re! preguntas a la ciencia”, un ciclo de encuentros organizado por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). El propósito: que jóvenes estudiantes de escuelas secundarias conozcan los aportes que desde la ciencia se realizan como respuesta a las demandas sociales; como en este caso la contribución de la arqueología a la identidad.

Para ver el video de la actividad: Clic aquí

Siguiendo la dinámica, en tono “conferencia de prensa”, alumnos y alumnas del nivel secundario de la Escuela de Comercio Ricardo Rojas tuvieron la oportunidad de entrevistar a Ezequiel Del Bel, arqueólogo y becario postdoctoral del Instituto de Investigaciones Territoriales y Tecnológicas para la Producción del Hábitat (INTEPH, CONICET-UNT); que también es especialista en la temática, ya que investiga distintos indicios afines con la desaparición forzada de personas como consecuencia del accionar militar en durante la última dictadura (1976-1983). Del Bel describió parte de su experticia; que inició hace más de veinte años a través de excavaciones y estudios arqueológicos en diferentes circuitos que funcionaron como centros ilegales.

El becario del INTEPH explicó que por momentos su trabajo es complejo, ya que tiene distintas trabas burocráticas que sortear, pero que a la vez es emocionante y alentador el hecho de ser un eslabón más que aporta a la “recuperación de una identidad”. También destacó a la “ciencia que se hace afuera de los laboratorios” porque, en temáticas como estas, es una aliada fundamental que permite echar luz sobre los crímenes cometidos en esos tiempos.

Asimismo, considera que este tipo de charlas, en espacios educativos y con jóvenes en formación son fundamentales: “Se llevan a sus casas muchísima información sobre nuestra historia reciente; sobre lo que fue la violación de los derechos humanos en aquella etapa, y sobre la importancia de la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Todos aspectos que sirven para conocer sus derechos y hacerlos respetar, y para que definitivamente podamos aspirar a un ‘Nunca Más’ en nuestro país”, concluyó.

Las curiosidades afloraron en el grupo de jóvenes a través de consultas reflexivas, para Marta Rondoletto, periodista y militante de Derechos Humanos quien perdió a cinco de sus familiares directos –a su padre y madre, a dos hermanos y a un sobrino-, quienes fueran asesinados y sus restos hallados en el Pozo de Vargas, otro de los nodos – en este caso utilizado como fosa de inhumación- de desaparición forzada en la provincia.

Las respuestas no demoraron en llegar. Y fueron contundentes: “Yo busco justicia y no venganza”, dijo Rondoletto, luego de dar a conocer su trágica historia de vida y de lo que le tocó atravesar en aquella época de privaciones. En fragmentos de su alocución, y basándose en memorias y experiencias de lucha, contó que tuvo que irse de la provincia en el 78 y luego del país porque también estaba siendo perseguida por facciones del ejército. “Volví en el 83, y a partir de allí me dediqué a la práctica periodística y a investigar y tratar de lograr que se llevaran adelante los juicios”, deslizó una de las voces reclamantes de justicia en la causa Arsenales-Jefatura II. Y en ese sentido, recalcó la importancia que tienen “los testimoniales” como punta de lanza para el hallazgo de estos sitios clandestinos, intervenidos posteriormente por especialistas del ámbito científico.

Por otro lado, llamó a los y las jóvenes a defender la Democracia y a disfrutar de una libertad responsable: “Libertad que muchos de nosotros no pudimos tener a la edad de ustedes”, recordó, haciendo referencia a aquel período caracterizado por una sucesión de diferentes Golpes de Estado y regímenes dictatoriales.

 

Recorrido por la Escuelita de Famaillá

Una vez finalizada la conferencia, los y las estudiantes recorrieron las instalaciones del hoy Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos junto con los referentes. Durante ese trayecto, fueron guiados por el personal profesional del ex centro de detención clandestino, que funcionó como tal desde febrero de 1975 hasta el Golpe de Estado en marzo de 1976.

Es clave mencionar que, en todo ese período, por sus instalaciones pasaron entre 2500 y 3000 hombres y mujeres que, luego de ser perseguidos por razones políticas, permanecieron allí en cautiverio y fueron sometidos a diferentes torturas. Todo esto en el marco del plan sistemático de terror y exterminio que comenzó con el Operativo Independencia, y que se prolongó y profundizó durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983).

María Coronel –coordinadora del Espacio-, Galo Ismael Briatura –bibliotecario, guía y especialista en la temática- y Luís Ortiz –sobreviviente y testigo vivo de la Escuelita- estuvieron encargados de explicar e informar a las y los visitantes cómo funcionaron y estaban distribuidas las diferentes salas, que en ese momento se utilizaron como celdas.

Mientras avanzaba el recorrido, Ortiz contó las vicisitudes que le tocó atravesar durante los 20 días que estuvo secuestrado: “Escuchaba voces, y me daba cuenta de que éramos muchos. En todo momento tuve los ojos vendados y las manos atadas”, describió, y agregó que algunos recibían golpes y torturas de todo tipo. Sin embargo, y “a pesar del terror que vivimos, venimos acá para que la juventud conozca lo que pasó, porque esto no puede suceder nunca más”, señaló.

Participaron de este trayecto y del resto de actividades Pablo Paolasso, director del INTEPH, y Augusto Bellomio, director del CCT NOA Sur y el director de Relaciones Institucionales (DRI) del CONICET, Alejandro Dabrowski.

“Eureka ¡Re! preguntas a la ciencia” es una actividad creada y que está a cargo del Área Educativa del CCT CONICET-CENPAT, con la coordinación de Alejandro Canizzaro, que busca promover la vocación científica y el entusiasmo de las y los jóvenes con temas relacionados a la ciencia a través de la dinámica del periodismo científico. En los últimos años, junto al proyecto Ciencia e Identidad –a cargo de Gabriela Millán-, el CONICET a través de la Dirección de Relaciones Institucionales y el BNDG fortalecieron lazos para desarrollar la actividad en distintos ámbitos e impulsar y fortalecer su carácter federal, como con este nuevo ciclo de encuentros.

El primero de estos encuentros se llevó a cabo hace algunas semanas en el Polo Científico Tecnológico, ubicado en la Capital Federal. Siguiendo las mismas premisas y modalidad, estudiantes de secundaria entrevistaron a tres referentes: al reconocido genetista argentino, Victor Penchaszadeh, uno de los creadores del Índice de Abuelidad; a Paula Logares, la primera nieta recuperada a partir de este índice y a su abuela, Elsa Pavón, cofundadora de Abuelas de Plaza de Mayo.

Luego del encuentro en Tucumán –provincia en la que también se realizó el día anterior esta actividad con alumnos y alumnas del Instituto Técnico y de la Escuela de Bellas Artes, ambos centros educativos experimentales de la UNT - el itinerario continúa en Bariloche, para después arribar en La Plata y continuar en los próximos meses en otras localidades del país.