DERECHOS HUMANOS

Camino a los 75 años de la declaración basal sobre la vida humana

El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.


Declaración Universal de los Derechos Humanos. La gran consigna proclama que los derechos que a toda persona le caben como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición son inalienables. Y con esos sólidos cimientos el 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas redactó la Declaración Universal de Derechos Humanos. Este documento cumple 74 años y sigue marcando el camino hacia la construcción de sociedades más justas y pacíficas.

La efeméride en Argentina coincide con la del Día de la Restauración de la Democracia, y en nuestro caso adquiere un volúmen simbólico aún mayor luego de los siete trágicos años bajo el mandato de la última dictadura cívico-militar, que vulneró cientos de DDHH de decenas de miles de argentinos.

En nuestro país, la problemática de los DDHH tiene una relevancia destacada gracias a las luchas de cientos de organizaciones no gubernamentales, activistas destacados, y movimientos y partidos políticos. Quizás marcada a fuego por los procesos golpistas de la segunda mitad de siglo que desembocarían en golpe de estado de 1976 contra el gobierno democrático de Isabel Martínez de Perón, la lucha por los derechos humanos adquirió una importancia muy destacada a nivel mundial, con Madres y Abuelas de Plaza de Mayo a la cabeza y con la entrega del Premio Nobel de la Paz a Adolfo Pérez Esquivel en 1980. En esa línea, las políticas de Estado de Memoria, Verdad y Justicia son consecuencia de las luchas libradas por los movimientos de derechos humanos que, a más de 40 años del golpe de Estado y con diferentes estrategias, han cimentado las exigencias al Estado argentino para que  continúe y profundice las investigaciones y las sanciones a los responsables de todas las vulneraciones a los DDHH durante el período de la dictadura, que tuvieron consecuencias en muchos planos y órdenes la vida de nuestro país. Estas acciones  apuntan también a mantener vivo efectivamente en el campo simbólico el reclamo permanente por justicia e igualdad social.

Luego de la recuperación de la vida democrática se ampliaron las problemáticas de los DDHH y se expandieron las organizaciones de lucha para enfrentar cuestiones como la expansión de la frontera agropecuaria en desmedro de los habitantes originales y originarios; las víctimas de la violencia policial, y las del narco y del consumo problemático de drogas; las libertades de género, y la igualdad de derechos para las disidencias sexuales;  las relacionadas con el movimiento organizado feminista, de vital participación en las luchas recientes que derivaron en la abolición del aborto en la república. Todas estas acciones llevadas adelante por las organizaciones de la sociedad civil dan cuenta tanto de las luchas como de los problemas y de las vulneraciones que aún se llevan a cabo en nuestra población.

 

Los DDHH y el CONICET

En línea con el trabajo sostenido por los organismos, el CONICET articula entre sus políticas institucionales los programas Ciencia y Justicia, y la reciente Comisión de la Memoria. El primero fortalece los lazos entre la comunidad científica y los poderes judiciales para acercar sus saberes a la administración de justicia. Por su parte, la comisión propone no sólo recordar a quienes sufrieron la desaparición física, sino también a quienes el gobierno militar les impidió continuar con sus investigaciones, o se vieron en la obligación de refugiarse en el exilio, tanto externo como interno; también a quienes no tuvieron el reconocimiento por sus años de trabajo o vieron impedida su situación previsional.

Y para poner coto y resolver las problemáticas ligadas a la violencia labora y de género, se creó la Comisión Interdisciplinaria del Observatorio de Violencia Laboral y de Género, en el marco del “Protocolo de actuación para la prevención, difusión y capacitación en situaciones de violencia en ambientes de trabajo”. Se busca con ella tener herramientas institucionales que aborden integralmente situaciones de discriminación y violencia laboral y de género en el seno del CONICET.

También la Red de Investigaciones en Derechos Humanos cumple un rol fundamental en la estructura Institucional: está, desde su misió, orientada a la solución de problemas y a contribuir en el proceso de toma de decisiones en materia de políticas públicas basadas en el conocimiento riguroso y el respeto irrestricto de los Derechos Humanos. Su propósito fundamental es aportar conocimiento científico y asistencia técnica para la resolución de problemas vinculados con el campo de los Derechos Humanos, mediante asesorías, servicios tecnológicos de alto nivel, y distintas modalidades de cooperación interinstitucional con organismos públicos y organizaciones sociales. Esta red actualmente funciona a partir de siete ejes temáticos: Memoria Verdad y Justicia; Violencia Institucional; Violencia de Género, Acceso a la Información e Indicadores en DDHH; Migración y Asilo; Pueblos Originarios y Salud Mental.

Saldando deudas con su pasado, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicos y Técnicas construye su futuro trabajando cada vez más cerca de las problemáticas sociales, en pos de encontrar, desde la ciencia, soluciones concretas y así mejorar la calidad de vida del pueblo argentino. Hoy, en el día en que se celebra el Día Internacional de los Derechos Humanos, renovamos el compromiso de igualdad de todos los seres humanos que pueblan el mundo, sosteniendo en alto los dos primeros artículos de la Declaración Universal.

Artículo 1.

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón  y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Artículo 2:

Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

Igualdad e inclusión sin discriminación, con especial énfasis en la protección de los grupos más vulnerables: niños, mujeres, pueblos indígenas, personas LGBTI+, migrantes y personas con capacidades diferentes.

Cientos de trabajos de investigadores del CONICET reflexionan de manera conjunta con actores del territorio de estudio, y aportan soluciones concretas sobre cómo basar la economía en los derechos humanos y así romper ciclos de pobreza; organizar nuevos contratos sociales con la ampliación de la base de los derechos socio-culturales; brindar mejores oportunidades para los jóvenes, y pensar un mundo con equilibrio y justicia climática, basado en el derecho a un medio ambiente saludable y sustentable. En un mundo cada vez más complejo y hostil es menester sostener, desde cada una de nuestras acciones, el compromiso con el otro basado siempre en los principios de esta declaración.