ANIVERSARIO SOCIOS ESTRATÉGICOS

El motor agroindustrial del NOA conmemora su 113° aniversario

Tan longeva como fructífera y productiva, en 1909 nació la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, una de las socias principales del CONICET NOA Sur.


Convertirse en institución centenaria no es noticia todos los días; haber atravesado ese umbral, menos; y celebrar 113 años de historia como institución de fuste nacional e internacional es “cosa seria”. Primera en su género en el país, y con perspectivas de crecimiento que le deparan un futuro aún más promisorio, la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) conmemora hoy, 27 de julio, un “cumpleaños” más.

Representó un hito para Tucumán y para todo el NOA que se constituyera, y -aunque suene paradójico- eso fue posible en cierta medida gracias al contexto provincial en el que le tocó emerger. En esa primera década del S.XX el escenario agrícola era complicado: circulaban enfermedades que afectaban cultivos claves, como la caña de azúcar, y la situación se agravaba por prácticas culturales que no resultaban adecuadas para contener o resolver la problemática. Esta coyuntura justificó con creces la “visionaria” decisión de Alfredo Guzmán (por entonces senador, además de industrial y filántropo) de crear la EEAOC, y de este modo ofrecer una respuesta con la mirada en horizontes mejores. La decisión de Guzmán buscaba apuntalar tecnológicamente el liderazgo agroproductivo de la provincia a través de un organismo estatal gestionado por los propios productores; financiable con recursos de la producción (es la autarquía que la caracteriza hasta hoy), y que fuera nutriéndose del conocimiento más avanzado disponible en el mundo.

Una vez inaugurada, la Estación cumplió ese anhelo y puso a interactuar a los cuatro principales actores del sector: el Estado, los productores agrícolas y sus pares industriales, y los investigadores. Asimismo, y pese a las transformaciones que exigían los tiempos, se mantuvo fiel a sí misma y firme a esa misión original.

Hoy la EEAOC es conducida por un directorio “ad-honorem” integrado por 10 representantes de los distintos sectores de la actividad agroindustrial de Tucumán, y sus tareas se ejecutan por medio de una dirección técnica que cuenta con el apoyo de cuatro directores asistentes para otras áreas operativas, como tecnología agropecuaria, tecnología industrial, disciplinas especiales, y administración y servicios.

Por otro lado, la tarea de investigación se organiza en torno de programas (como el de Caña de Azúcar, el de Industrialización de la Caña de Azúcar, el de Citrus, el de Granos o el de Bioenergía) que abordan grandes áreas definidas en el Plan Estratégico Institucional. Estos programas, que a la vez pueden articularse en subprogramas y/o proyectos puntuales orientados a aspectos más especializados (como el de Hortalizas y Otras Alternativas de Producción, el de Agrometeorología, el de Tabaco o el de Estudios Ambientales de la Agroindustria Tucumana), buscan mejorar la calidad y el rendimiento de los productos, disminuir los costos de producción y asegurar la sustentabilidad de los sistemas agroindustriales. ¿Cómo? Creando y desarrollando tecnologías y métodos -tradicionales o biotecnológicos- para manejar con eficiencia los cultivos y sus industrias derivadas. A todo ello se suma la generación de servicios destinados a sostener la producción, y otras tareas complementarias como la formación técnica y la transferencia del conocimiento.

Un lazo que se crece y se fortalece

Aunque puede considerarse socia histórica del sistema científico-tecnológico, y por ende del CONICET, desde hace ya nueve años, con la creación del Instituto de Tecnología Agroindustrial del NOA (ITANOA), un centro de trabajo compartido los lazos se hicieron más estrechos aún. Y para hablar de los resultados de esta valiosa sociedad bipartita cuatro de sus referentes se refieren al aniversario y sobre el sinérgico vínculo que une ambas instituciones:

 

Daniel Ploper

Para la época, la EEAOC nació con una “original modalidad, basada en un sistema de funcionamiento público/privado”, describe su actual director técnico, Daniel Ploper, sobre la idea que movilizó a Alfredo Guzmán a concretar la fundación de la por entonces llamada Estación Experimental Agrícola de Tucumán. “Desde aquel momento, la institución se fortaleció y es el centro de innovación científico-tecnológica, agrícola y agroindustrial más antiguo de la Argentina, y el de mayor trascendencia del noroeste del país”, asegura, y destaca que casi todas las tecnologías de producción sostenible aplicadas hoy en el NOA fueron generadas allí.

“Entre los principales aportes regionales se destaca la contribución al desarrollo de las agroindustrias cañera y citrícola, y al de la producción de granos. Se lograron productos mejorados y variedades más productivas y de adecuada sanidad; también mejoras tecnológicas surgidas del trabajo de fábricas en actividad”, cuenta. “Esta cantidad de años de trabajo institucional no es común en una institución argentina”, reflexiona y acota: “nuestro ‘orgullo institucional’ tiene quizá suficiente sustento en la escasez de ejemplos locales de continuidades equivalentes, sobre todo cuando la cifra de años supera los 100”, admite.

Sin embargo, destaca, no alcanza con durar ni con hacer cuentas tomando el pasado como parámetro universal. “En la materia específica de producción integral de agroalimentos, tenemos que vérnosla permanentemente con el porvenir. Sembramos para la próxima cosecha; protegemos nuestros cultivos de acechanzas para hacerlos mejor la próxima vez; mejoramos nuestras fábricas para aprovechar mejor el esfuerzo humano, mecánico y energético; y estamos acostumbrados, además, a los ciclos, que son diferentes para cada segmento de nuestra atención”, indica. Por ciclos se refiere a los del clima, a los de los cultivos y a los relacionados con la evolución del conocimiento, “todos por los que atraviesa una organización centenaria, permanentemente atenta al presente y a lo que vendrá; porque lo que venga depende de lo que hagamos ahora”, asevera.

Y en el marco de esta celebración sigue (como todos en la EEAOC) haciéndose la pregunta de todos los días: “¿hacia dónde vamos? En un futuro que tenemos encima y que nos empuja velozmente, con los pies en la tierra y pensando hacia adelante”, afirma, y explica que esa pregunta se la hacen pensando que los involucrados en el complejo universo de la producción agroalimentaria son muchos más que los ´actores del sector´. “Involucra los productores, los empresarios y los emprendedores en general, pero también los políticos y la sociedad, sobre todo cuando se tiene en cuenta la dimensión inclusiva del ambiente, la energía y los alimentos”, reflexiona.

 

Mario Devani

Suscribiendo a grueso modo con lo expresado por su colega, el actual director del ITANOA hace hincapié en la significativa sociedad que enlaza la EEAOC con el CONICET NOA Sur, y resalta que el objetivo de creación de este instituto de doble dependencia fue fortalecer el conocimiento científico-tecnológico agroindustrial con el sector productivo. “La premisa fundacional del ITANOA era consolidar el paradigma de que la ciencia es condición necesaria, pero no suficiente, para lograr desarrollo sostenible”, afirma y destaca que esa inferencia permitió forjar un “vínculo íntimo” entre el sistema científico y el productivo.

Subraya también que el instituto que le tocar dirigir fue pensado -desde sus orígenes- para profundizar y fortalecer el trabajo que viene llevando a cabo la EEAOC, y para generar nuevas líneas de investigación enmarcadas en los cinco programas que conforman su estructura académica y conceptual. “De esta forma, el ITANOA aporta no sólo recursos humanos científico-técnicos de primer nivel; también recursos económicos y equipamiento para investigación”, señala, y enfatiza que esta directriz permitió contribuir en términos sociales, ambientales y económicos al desarrollo productivo de la región, y generar tecnología que mejoró la productividad, la calidad, la sanidad y el procesamiento e industrialización de cultivos y biomasa vegetal.

Señala también la importancia de haber aprovechado la centenaria experiencia de la EEAOC para constituir equipos interdisciplinarios con un objetivo común: “mejorar los procesos productivos de la actividad agroindustrial incrementando los beneficios económicos, cuidando el ambiente y contribuyendo a la generación de sociedades más justas y solidarias con perdurabilidad en el tiempo”. Y recalca que, en este noveno aniversario del ITANOA, se sienten orgullosos de sus numerosos logros. Entre ellos, la obtención de la primera caña modificada genéticamente a nivel nacional (lograda en una institución pública); desarrollo, patentamiento y comercialización de diversos bioproductos inductores de la defensa vegetal y promotores del crecimiento de los cultivos, y obtención y patentamiento de genes de tolerancia a la sequía, entre otros.

 

Josefina Racedo

Es una integrante del grupo de jóvenes investigadoras, y en sus reflexiones sobre esta fecha emblemática describe la EEOAC como institución modelo cuya articulación público-privada permitió (y aún lo hace) aprovechar de manera óptima recursos humanos y económicos para desarrollar la agroindustria en nuestra región, de la mano de la excelencia en desarrollo e investigación. “En ese camino de crecimiento constante, la creación del ITANOA les brinda relevancia nacional a los proyectos provinciales que se desarrollan en la Estación, y gracias a ello se logra visibilizar con mayor alcance las necesidades del sector. Esto permite mejorar el acceso a recursos humanos y financieros provistos por el Estado nacional para desarrollar nuestra labor”, señala.

 

Atilio Castagnaro

El actual director del CCT NOA Sur fue cofundador y el primer director del ITANOA, y expresa el honor que para él implica ser parte de la EEAOC, y su orgullo por la vigencia, la continuidad y la excelencia de esta institución centenaria. Reflexiona además sobre la importancia que tuvo (y tiene la vinculación formal entre el CONICET y la EEAOC) y valora la complementariedad entre ambas instituciones: “resulta en una sinergia que produce resultados contundentes para mejorar la calidad de vida de la gente de nuestra región”, afirma.