Envejecimiento saludable en una era de interacción digital

La creciente presencia de la era digital en los tiempos que corren, pero también los cambios demográficos y las desigualdades sociales demandan políticas públicas que tiendan a contribuir con el envejecimiento activo y saludable de los adultos mayores en Iberoamérica. Esto implica el reconocimiento y compromiso de los gobiernos en pos de diseñar líneas de acción concretas; en un contexto social signado por disrupciones y transformaciones como resultado de una multiplicidad de factores.

Así lo reconoce el investigador del Instituto Regional de Estudios Socioculturales (IRES, CONICET-UNCa) y coautor - junto a Gloria Hernández, especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)- de un manual relacionado con la temática, José Yuni. De hecho, ayer martes, 21 de noviembre, presentó oficialmente este protocolo que forma parte de los productos elaborados en el marco del convenio firmado entre la OISS (Organización Iberoamericana de Seguridad Social), la OEI (Organización de los Estados Iberoamericanos) y la Fundación Astur para fomentar el envejecimiento activo y saludable, y combatir la soledad no deseada a través de la inclusión a la sociedad digital de las personas mayores en Iberoamérica.

Respecto a esta iniciativa, Yuni afirma que es sumamente relevante para los países de la región; porque sugiere una “toma de posición" en torno a los desafíos que representa el envejecimiento como proceso demográfico, junto con la digitalización de las distintas instancias de la vida social y lo que ello implica en un entorno tan desigual. “Estamos en una región signada por asimetrías de género; por diferencias entre el contexto rural y urbano; y por la presencia de múltiples poblaciones vinculadas a los pueblos originarios, con lenguas distintas. Este escenario, múltiple y diverso, también nos habla de la necesidad de pensar políticas de inclusión digital tomando en cuenta la diversidad, la vejez y entendiendo que el acceso a la sociedad digital no pasa solamente por el equipamiento y la conectividad, sino que tiene connotaciones claramente culturales”, afirma el especialista.

Los cambios contextuales y de paradigma en términos de acceso a los medios digitales en adultos mayores; los marcos legislativos y político-institucionales de reconocimiento para su inclusión en el ámbito digital; qué beneficios podrían tener al estar insertos, y cuáles son las líneas de acción y políticas que rigen en la actualidad. Estos son algunos de los lineamientos que aborda este protocolo, ideado precisamente para favorecer al envejecimiento activo y participativo, pero además respetando los derechos de estos colectivos que en muchas ocasiones se encuentran en situación de vulnerabilidad.

Ahora bien: posibilitar el acceso de los adultos mayores a dispositivos digitales es necesario, pero no suficiente, aclara Yuni. La inclusión digital demanda formación (lo que se conoce también como alfabetización digital), acompañamiento, construcción de sentido, educación, interculturalidad situada en el momento actual y la mirada en el futuro de las personas; en los colectivos donde éstas se desenvuelven, y de la sociedad en su conjunto. En este marco, el “Protocolo sobre acceso de las personas mayores a la sociedad digital en Iberoamérica”, tiene como propósito apoyar a los Estados Iberoamericanos en el diseño e implementación de políticas públicas que atiendan a la diversidad de necesidades, escenarios y retos, para que las personas mayores sean consideradas en las acciones de desarrollo y fortalecimiento de la ciudadanía digital. “El proceso de elaboración consideró el contexto actual en el mundo, en relación con dos sucesos globales convergentes: el envejecimiento y la digitalización social. Asimismo, se abordaron las convenciones y conferencias internacionales que fundamentan la perspectiva de derechos que deben sustentar las políticas de educación a lo largo de la vida, como sustento desde el cual se debe abordar la inclusión digital de los mayores como un derecho humano.

En conclusión, la propuesta, que recibió el aporte del investigador del IRES, pretende contribuir con la alfabetización digital y la disminución de la brecha digital, al tiempo de promover políticas públicas que incluyan y reconozcan el derecho de las personas mayores a medios digitales.