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Jornada de memoria en Escuelita de Famaillá, a 50 años del inicio del Operativo Independencia

En un encuentro organizado por el CONICET NOA Sur y la Secretaría de Derechos Humanos y Justicia de Tucumán, se distinguió al personal científico que realiza investigaciones en los diferentes circuitos que funcionaron en nuestro país como centros de represión a partir de 1975.  


Jornada de memoria en Escuelita de Famaillá, a 50 años del inicio del Operativo Independencia. Fotografía: Julián Ledesma (Red de Comunicadores del CONICET NOA Sur).
Jornada de memoria en Escuelita de Famaillá, a 50 años del inicio del Operativo Independencia. Fotografía: Julián Ledesma (Red de Comunicadores del CONICET NOA Sur).
Jornada de memoria en Escuelita de Famaillá, a 50 años del inicio del Operativo Independencia. Fotografía: Julián Ledesma (Red de Comunicadores del CONICET NOA Sur).
Mesa de expositores. De izquierda a derecha: Ezequiel Del Bel, Augusto Bellomio, Mario Racedo y Gabriel Yedlin. Fotografía: Julián Ledesma (Red de Comunicadores del CONICET NOA Sur).
Jornada de memoria en Escuelita de Famaillá, a 50 años del inicio del Operativo Independencia. Fotografía: Julián Ledesma (Red de Comunicadores del CONICET NOA Sur).
Jornada de memoria en Escuelita de Famaillá, a 50 años del inicio del Operativo Independencia. Fotografía: Julián Ledesma (Red de Comunicadores del CONICET NOA Sur).
Jornada de memoria en Escuelita de Famaillá, a 50 años del inicio del Operativo Independencia. Fotografía: Julián Ledesma (Red de Comunicadores del CONICET NOA Sur).
Jornada de memoria en Escuelita de Famaillá, a 50 años del inicio del Operativo Independencia. Fotografía: Julián Ledesma (Red de Comunicadores del CONICET NOA Sur).

En el Salón de Usos Múltiples de la Escuelita de Famaillá, se realizó una actividad titulada A 50 años del Operativo Independencia: aportes científicos a la investigación en la Escuelita de Famaillá, con la intención de distinguir al personal del CONICET NOA Sur que promueve investigaciones interdisciplinarias en los diferentes circuitos que funcionaran, a partir de 1975 en Tucumán y posteriormente en el resto del territorio nacional, como centros represivos para la detención, privación ilegal de la libertad, tortura e inhumación clandestina de personas.

El encuentro contó con la participación de autoridades de la Honorable Legislatura de Tucumán (HLT), de la Secretaría de Derechos Humanos y Justicia, del CONICET, de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y de la Municipalidad de Famaillá. Además, se sumaron a la iniciativa referentes de organismos de Derechos Humanos y movimientos sociales.

En esta oportunidad, se destacó el compromiso de científicas y científicos del Consejo –y de otras instituciones provinciales y nacionales- que, con base en disciplinas como la arqueología, la historia, la sociología, el derecho y la antropología, contribuyen activamente a sostener los procesos de Memoria, Verdad y Justicia en reparo a las víctimas y familiares que sufrieron las consecuencias de la última dictadura cívico-militar.

Durante su intervención en el acto, el investigador del Instituto de Investigaciones Territoriales y Tecnológicas para la Producción del Hábitat (INTEPH, CONICET-UNT), Ezequiel Del Bel, resumió el trabajo que él y sus colegas vienen realizando hace más 20 años en los distintos circuitos de represión de la provincia y el país. En ese sentido, describió cuáles fueron los aportes que la ciencia produjo en las instalaciones donde funcionó la escuela Diego de Rojas de Famaillá, que en febrero de 1975 fue devenida en centro clandestino de detención en el marco del Operativo Independencia. “Aquí se ensayó la primera experiencia masiva y sistemática de la implementación del terrorismo de Estado en Argentina”, explicó.

Asimismo, el coordinador del Laboratorio de Investigaciones del Grupo Interdisciplinario de Arqueología y Antropología de Tucumán (LIGIAAT), de la Facultad de Ciencias Naturales e IML de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), dijo a su vez que es necesario seguir contando con el apoyo de las instituciones de ciencia, académicas y del Gobierno provincial, “porque todavía resta mucho por hacer”. Y, por último, reveló que tienen prevista una segunda etapa de investigación, en la que desarrollarán el análisis de nuevas muestras y materiales que se hallaron en este Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos (EMPDH). “Necesitamos hoy más que nunca la colaboración de ustedes”, concluyó el investigador en un llamado a las autoridades a seguir acompañando este tipo de estudios.

En línea con su par del LIGIAAT, el coordinador del mencionado EMPDH, Galo Briatura, afirmó que la labor que llevan a cabo allí y en otros ex centros clandestinos tales como Arsenal Miguel de Azcuénaga o Pozo de Vargas, es un modo de “poner el cuerpo por aquellos que aún faltan encontrar”. También sostuvo que cuando inician un recorrido guiado por Escuelita, siempre mencionan la importancia de la señalización de los sitios y espacios de memoria: “Bueno, la placa conmemorativa que hoy se instala viene a cumplir un poco con ese objetivo; que se sepa que en algún momento hubo un equipo de investigación que puso el cuerpo, acompañando a través de pruebas judiciales y científicas, constatadas e investigadas, los procesos de Memoria, Verdad y Justicia”. Y cerró: “No es una señalización que únicamente reconoce este trabajo invaluable; es también una señalización que apuesta a generar futuro”.

Por su parte, el director del CONICET NOA Sur, Augusto Bellomio, reivindicó el “compromiso inquebrantable con los derechos humanos y con la patria” de parte de los equipos de investigación, agradeciéndoles y valorando esa búsqueda de información y pruebas en virtud de dar respuestas a lo que pasó en aquella época, para de esta manera lograr un país diferente y una sociedad más justa e igualitaria.

Mario Racedo, secretario de estado de derechos humanos y justicia de Tucumán, remarcó la contundencia de las sentencias que despacharon los jueces en los distintos procesos legales que se hicieron en Tucumán, a las cuales calificó de elaboradas, serias y contundentes. “Eso fue posible gracias al alto grado de fundamentos y de consistencia científica, histórica e investigativa que otorgaron una versión última y definitiva de lo que fue la represión ilegal durante la dictadura”, aseguró.

Por último, el presidente de la Comisión de DDHH en la HLT, Gabriel Yedlin, dijo que cuando se piensa en investigación inmediatamente se relaciona esa idea a lo productivo e industrial, y en muchos sentidos “se dejan afuera los temas que nos van a ayudar a entender hacia dónde vamos y el país que queremos”. Por tal motivo, el legislador provincial considera que las Ciencias Sociales son fundamentales y deben seguir siendo financiadas y apoyadas. “Quiero animarme a pensar que estamos en condiciones de volver a poner en la agenda nacional las políticas de investigación en derechos humanos”, auguró.

La jornada concluyó con el descubrimiento de una placa conmemorativa, que permanecerá instalada en el espacio como símbolo del compromiso institucional con la memoria, los derechos humanos y la continuidad de las investigaciones científicas.