- Noticias / ¿Hidati… qué? Hidatidosis, una enfermedad que afecta la salud humana y la de los animales
CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD
¿Hidati… qué? Hidatidosis, una enfermedad que afecta la salud humana y la de los animales
En el IMSaTeD, instituto del CONICET NOA Sur y de Universidad de Santiago del Estero, especialistas llevan adelante un proyecto institucional multidisciplinario para atender esta problemática sanitaria de tendencia endémica en la provincia.
Compartir en
redes sociales
Con mucha frecuencia escuchamos o leemos sobre la aparición de nuevas enfermedades. Pero hay otras de larga data que no pueden ser desatendidas y sobre las cuales urge poner el foco, porque también, y sin pedir permiso, continúan afectando la salud. Lejos de ser inexpugnable, el sistema inmune debió acostumbrarse a librar interminables batallas contra muchas de ellas, y en Santiago del Estero hay una que convierte a la provincia en la más afectada del país: la hidatidosis, causada por un parásito que genera quistes, y puede producir afecciones hepáticas o pulmonares.
Por este motivo, investigadores e investigadoras del Instituto Multidisciplinario de Salud, Tecnología y Desarrollo (IMSaTeD, CONICET-UNSE) llevan adelante un proyecto institucional titulado “Una salud: Abordaje Epidemiológico Integrado de la Hidatidosis en Tres Comunidades de Santiago del Estero”, ganador de la Convocatoria Salud Investiga del Ministerio de Salud de la Nación. Con potencial replicación en el país, busca atender esta problemática sanitaria -de tendencia endémica en la provincia- omnicomprensivamente; es decir, teniendo en cuenta los aspectos de la salud pública, los médico-clínicos y los parasitarios.
Un estudio con visión integral
Conocida también como equinococcosis quística, es una zoonosis -enfermedad o infección que se transmite de forma natural de los animales vertebrados a los humanos- causada por el parásito Echinococcus granulosus (también llamada “tenia del perro”). Con una distribución geográfica cosmopolita, y casos confirmados y descritos en casi todos los continentes, exceptuando al antártico, asedia principalmente regiones de África, Euro-Asia, Australia y América del Sur.
“Asumir este abordaje permite conocer las condiciones de vida de la población, y mejorar las estrategias de cuidado a través de la educación para la salud y la realización de programas comunitarios de vigilancia epidemiológica”, cuenta Héctor Danoy Villa Micó, personal de apoyo del IMSaTeD y uno de los responsables de la investigación, junto con otros miembros del instituto. A lo dicho añade datos estadísticos: el Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud notificó 157 casos durante 2015-2019, con un promedio de 31 casos anuales, de los cuales 47% (74) corresponden a los últimos dos años.
Pero, en definitiva, ¿cómo llega este invasor a irrumpir en nuestro organismo? Danoy explica que para desarrollarse y alcanzar su estadío de adultez, este parásito necesita de un hospedero definitivo, que suelen ser principalmente perros, y un intermediario; habitualmente, estos últimos son animales de granja o el propio humano, que se infectan accidentalmente. Con estos factores, más características ambientales aptas para poder completar su ciclo de vida (que incluye la eliminación fecal de huevos larvarios por los perros) y la infección consecuente en las distintas especies expuestas al parásito, se presentan las condiciones para que se reproduzca favorablemente.
Por eso es importante poner atención a la prevención para evitar la enfermedad, detener su progreso, o al menos atenuar sus consecuencias. Ya sean primarias –mediante la educación, la desparasitación de los animales domésticos o la vacunación (hasta el momento solo aplicada a ovinos)-, secundarias – detectándola antes de la manifestación de signos o síntomas por medio de una ecografía abdominal- o terciarias – empleando tratamientos expectantes, medicamentosos o quirúrgicos de acuerdo a las características del quiste y su localización -, cada uno de los casos requerirá de acciones específicas.
Es importante saber que los síntomas y los signos van a depender de la localización, el crecimiento y la presión que ejerza el quiste sobre determinadas estructuras. Con frecuencia, este saco lleno de líquido se ubica en la zona pulmonar y/o hepática, y produce dolor abdominal, náuseas, vómitos, tos crónica, fiebre, disnea y otras anomalías más o menos graves, según el cuadro clínico.
Contexto provincial y líneas de trabajo del IMSaTeD
Médico epidemiólogo con orientación social y comunitaria, Danoy menciona que la provincia de Santiago del Estero es el cuarto productor caprino a nivel nacional y el primero en el NOA, con una actividad direccionada al mercado interno y mayoritariamente como medio de subsistencia. Y se hace mención de esto porque, es en los interines del proceso productivo donde él avizora las “deficiencias” que, si convergen, propenden a que la enfermedad prevalezca, o peor aún, a que aumenten los casos. “Los humanos se infectan en la interacción con los perros del entorno doméstico, los cuales accedieron al consumo de vísceras infectadas, dada la costumbre de alimentarlos con restos de las faenas caseras”, informa el experto y agrega que entre las razones de este situación se encuentran las siguientes: baja tecnología en el manejo del ganado, tanto en la alimentación, como en la sanidad y en la reproducción; infraestructura sanitaria deficiente; escaso conocimiento sobre la enfermedad, y una extensa población de perros que no recibe atención veterinaria.
Desde la creación del instituto, en 2017, el equipo santiagueño logró avances significativos sobre distintos aspectos del abordaje de la enfermedad: la actividad eléctrica del parásito, su fisiología y desarrollo en farmacología para la obtención de alternativas terapéuticas. A ello se suman estudios poblacionales para diagnóstico ecográfico, en busca de una mirada integral con capacidad resolutiva. Al respecto se explaya la doctora Antonella Carabajal, miembro del equipo: “obtuvimos información sobre la actividad eléctrica del parásito en la etapa larvaria de muestras humanas y animales”. Explicó y agregó: “los cambios en las diferencias de potencial eléctrico del parásito proporcionan un parámetro accesible y útil para el estudio de los mecanismos de transporte, fundamental para el posible desarrollo de nuevas terapias antiparasitarias”.
El equipo propone abordar la enfermedad desarrollando programas con perspectiva multidisciplinaria, capaces de implementar medidas integrales para interrumpir la transmisión de esta zoonosis, con la conciencia de la importancia de que los actores locales se involucren en el proceso. “El proyecto toma como referencia las características propias del núcleo familiar rural, recabadas a través de encuestas, y despliega acciones orientadas al tamizaje ecográfico humano, el diagnóstico en el hospedero definitivo (perros), a partir del estudio de antígenos en heces, y el tamizaje ecográfico caprino u ovino, que -en caso de imágenes compatibles con la zoonosis- se sacrificarán para obtener una caracterización del parásito alojado en estos hospederos”, indica Danoy. Asimismo, señala, la recolección de material de los tres componentes del ciclo parasitario permitirá construir un modelo que ofrezca la oportunidad de evaluar y corregir estrategias para planear la erradicación focal de la enfermedad a partir de la vacunación en caprinos, la desparasitación de perros y la educación comunitaria.
Por último, aclara que con el área de Parasitología del Instituto “Dr. Carlos Malbrán” vienen desarrollando estudios moleculares del parásito: “esto nos permite conocer su variabilidad intra e interespecífica, para relacionar el genotipo con las características clínicas de las personas infestadas y con los sistemas bioeléctricos del estadío larval del parásito”. Ello favorecería –agregó- al desarrollo de medidas terapéuticas específicas. Además, con el Ministerio de Salud de Santiago del Estero están coordinando actividades de campo, para ensamblar los recursos humanos y la infraestructura, con el fin de trabajar en forma interinstitucional.
Equipo completo de trabajo
Integrantes: Méd. Esp. Héctor Danoy Villa Micó; Dra. Antonella Carabajal; Dra. Noelia Scarinci; Méd. Vet. María José Fernandez; Méd. Vet. David Di Lullo; Méd. Vet. Santiago Olivera.
Dirección: Dr. Horacio F. Cantiello.
Por Maximiliano Grosso