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CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES
La Unidad Ejecutora Lillo y su destacada influencia en la cladística internacional
Junto a la Willi Hennig Society de EEUU, ambas instituciones adoptaron y desarrollaron métodos claves para reconstruir y analizar las relaciones evolutivas entre diferentes especies, liderando el avance de la sistemática y fortaleciendo su impacto global en el marco de la biología evolutiva.
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Una de las principales líneas de investigación de la Unidad Ejecutora Lillo (UEL, CONICET-FML) es la filogenia, que se ocupa de analizar las relaciones de parentesco entre las especies y la distribución geográfica que éstas tienen como resultado de determinados fenómenos evolutivos. Para estudiarlas, el equipo de especialistas emplea herramientas metodológicas y computacionales que reconstruyen esa historia en forma de árboles filogenéticos, que son gráficos divergentes que ilustran el vínculo entre especies y sus hipotéticos ancestros, situados en los nodos –ramificaciones- de los propios árboles.
En este sentido, el director de la UEL, Marcos Mirande, explica que dentro de la filogenia existen dos líneas de desarrollo metodológico: el probabilístico, basado en modelos evolutivos definidos a priori, y el de parsimonia, que considera la hipótesis más simple con el menor número de cambios evolutivos posibles. “El más antiguo de esos métodos y el que nosotros utilizamos es el de parsimonia bosquejado por el entomólogo alemán Willi Hennig en 1950, bajo el cual son elegidas las soluciones que reflejen las similitudes y diferencias observadas entre las especies, de una forma que se minimicen los cambios en la historia evolutiva”, agrega el investigador.
A partir de los dos conceptos anteriormente mencionados es que surge la cladística: un sistema utilizado para reconstruir y analizar los nexos de evolución entre las especies, organizándolas en clados o agrupaciones basadas en el ancestro común más reciente y sus descendientes, aspecto que permite proporcionar una representación clara de cómo evolucionaron y se diversificaron a lo largo del tiempo. Pues bien, la UEL tiene una influencia significativa en la sistemática cladística internacional y es un centro de referencia para estos estudios, en parte gracias a la participación de sus grupos de investigación en la Willi Hennig Society (WHS), una organización internacional dedicada a la promoción de este tipo de métodos.
De hecho, Pablo Goloboff -primer director del instituto radicado en Tucumán- es uno de esos referentes que realizó importantes contribuciones metodológicas y en torno al desarrollo de softwares filogenéticos, ayudando a consolidar el paradigma cladístico en Argentina.
Colaboración internacional
La relación entre la UEL y la WHS es un ejemplo de articulación metodológica y académica por su trascendencia e impacto en la sistemática cladística a nivel global. La mayor parte de los especialistas de este centro de doble dependencia entre el CONICET NOA Sur y la Fundación Miguel Lillo concuerdan teóricamente con las ideas de Willi Hennig y sus derivaciones metodológicas, fomentándolas en Argentina y en el ámbito global.
Cabe destacar que el vínculo entre ambas instituciones nació en 1989, cuando Goloboff coincidió en el American Museum of National History (AMNH) de New York con el máximo referente metodológico en los comienzos de la cladística, Steve Farris, quien además fue uno de los fundadores de la Willi Hennig Society. “A partir de ese momento mantuvo contacto con investigadores de la WHS, con sede en Estados Unidos, e impulsó la creación de las Reuniones Argentinas de Cladística y Biogeografía (RACB), que se organizan ininterrumpidamente cada año y medio en diferentes lugares del país”, confiesa Mirande.
Además, la participación activa de la UEL en el seno de la WHS se ve reflejada en los numerosos y destacados roles que sus miembros ocuparon en puestos de jerarquía, así como también en el consejo editorial de la revista institucional Cladistics. Por ejemplo, tanto Goloboff como Claudia Szumik –ex directora e investigadora de la Unidad Ejecutora Lillo- se desempeñaron en el cargo de la presidencia y, en la actualidad, Dolores Casagranda en la vicepresidencia de la entidad; Santiago Catalano como editor asociado de la revista; y Marcos Mirande en la función de encargado de los premios a estudiantes que les permiten viajar a los “Meetings”. Esta interacción reforzó la influencia de la UEL en la comunidad científica global, y permitió que la institución no sólo adopte las ideas de la WHS, sino que también contribuya a su desarrollo y difusión.
XLI Reunión Anual de la WHS
Durante la primera semana de agosto se llevó a cabo la “41º Reunión Anual de la Willi Hennig Society” en la ciudad de México, un evento distintivo para la comunidad científica internacional con dedicación a estudios de cladística. “A pesar de los 7.973 kilómetros que separan a México de Buenos Aires, siete de las ocho personas que viajaron desde Argentina forman parte de nuestro instituto”, subraya Goloboff, con una participación que refleja la relevancia de los aportes de la UEL para la comunidad científica internacional y la contribución significativa que realiza a los estudios sistemáticos y biogeográficos tanto en Tucumán como en el país.
En 1948, el entomólogo alemán Willi Hennig publicó dos artículos en el Acta Zoologica Lilloana, demostrando como la Fundación Miguel Lillo se encontraba a la vanguardia de la metodología sistemática. Tras la Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra Civil Española, hubo un esfuerzo consciente para atraer a científicos europeos al Lillo, entre ellos Nicolai Kusnezov, Martin Aczél, Francisco de Asis Monrós y Petr Wygodzinski, quienes aplicaron y difundieron las ideas de Hennig en sus investigaciones.
En 1961, se encomendó a Osvaldo Reig la traducción al español del libro fundamental de Hennig, Grundzüge Einer Theorie der Phylogenetischen Systematik. Esta traducción, completada en 1968 y publicada por EUDEBA, facilitó la difusión de las metodologías cladísticas en el ámbito hispanohablante, justo después de la primera edición en inglés de 1966. A medida que las computadoras se hicieron más accesibles y potentes, los métodos cladísticos continuaron evolucionando y ganando prominencia, especialmente en Estados Unidos, consolidándose como un enfoque fundamental en la sistemática filogenética.